La presión se hace notar. Talleres un día y Ateneo el otro. Ninguno pudo jugar bien, pero se terminaron llevando el triunfo. Si bien el equipo de Flavio Márquez fue más, no hizo pie en varios tramos del encuentro y el empate era clavado.

Todo comenzó con un Alexis Sotelo movedizo en ataque que tuvo la primera mano a mano con el portero, pero adelantó el balón y Vega saldría rápido para achicar a tiempo. La segunda también la tendría él: un desborde por derecha de Amarillo que incursionaba tierras enemigas y Sotelo entrando por el segundo palo la tomó de volea y salió por arriba. Situación inigualable para abrirlo. El aurinegro era más, pero Dieguito tenía alguna de contra para lastimar que pudo complicar a Homogono.

Tuvo una César Gómez de cabeza, una volea de Jona González que se fue cerca del primer palo para finalizar la primera etapa donde Ateneo fue mejor.

En el ST ambos se prestaron la pelota. Hubo ocasiones que el canario se retrasó demasiado y le cedió terreno a Dieguito. En un encuentro donde prevaleció la pierna fuerte y ninguno se quiso regalar nada. Fue donde el azulejo comenzó a demorar el match y tuvo varios hombres en el piso, mientras aprovechaba para tener una de Lucas Olier que salía por poco.

Llegaría el vuelco del partido: Gerardo López se haría expulsar por una terrible patada a Nico Benítez y el azulejo quedaría con 10. Fue allí donde el canario tomó vuelo y se apoderó del balón.

Cuando se moría el partido Nico aún tenía el último suspiro. Pelota robada de Sotelo que encaró por derecha, abrió a la izquierda ante una defensa abierta y Benítez sólo por la izquierda fusiló a Vega que se le hizo imposible. Había abierto el partido que parecía una igualdad cantada. Sí, lo gritó con el alma para sacarse una mochila pesada por la carga emotiva de un partido chivo y se lo dedicó a su gente.

No quedaría tiempo para más. El equipo de Márquez se llevó tres puntos que lo mantiene en la pelea. Deberá mejorar si pretende seguir hasta el final en lo que serán dos finales con Las Flores y Las Delicias. Cuando Ateneo estaba herido de muerte apareció su salvador para reencarnarlo y redimirlo de la casi eliminación del torneo. Justo a tiempo, respiración boca a boca…