Como se debe jugar un clásico. En el día que se regalan huevos, el mediocampista de Talleres se ganó todos los aplausos de su gente por su entrega y ganó en cada una de las divididas con los jugadores del aurinegro. La "T" siempre entendió que se trataba de un clásico desde el minuto cero, y a puro sacrificio y puntería se llevó el partido de la fecha.

Estos partidos se juegan con un plus aparte. Siempre se dijo que los clásicos, no eran partidos normales, pese a que uno podía venir mal y el otro bien, las fuerzas se equilibran. 

Es por eso, que tras la goleada de la primera jornada de Ateneo ante Malvinas y el pobre empate del tallarín ante Las Delicias, no decía nada, aquí podía pasar cualquier cosa.

Por eso Jorge cardoso puso un medio campo combativo y habilidoso a la vez con la insignia del ex Malvinas, Ariel López, más el aporte de Leandro Duarte y Lisandro Saavedra; y la velocidad de Germán Torres.

En el St tras ponerse en ventaja y los cambios ofensivos del DT canario, hizo acrecentar el despliegue de la "T" en su esfuerzo para conseguir el balón y así fue que apareció con todo la figura del gringo López que no dio por perdida ninguna, y ganó casi todo duelo individual en las divididas.

Ambos con un esquema mezquino, hicieron que la fricción fuese la moneda corriente con la que se valorizó el juego. Y terminó ganando la "T" con una pelota detenida producto del gran salto de Rodrigo González que le ganó en el aire al arquero Matías Rivero. 

Ante la falta de fútbol de ambos, la "T" sacó rédito en la cancha de la fricción, y allí le terminó ganando la pulseada a un Ateneo que sólo tuvo en cancha más hombres para romper juego que para crear, lo que le terminó saliendo caro a la hora de estar abajo en el marcador.

Talleres se acomoda como puntero junto a Dieguito, y en su prueba de fuego terminó saliendo más que airoso para lo que viene, porque se candidatea como uno de los máximos favoritos a clasificar al Torneo Provincial. Con las pascuas bien puestas...