La tensión entre el radicalismo y el PRO en el seno del frente Cambiemos se respira con asiduidad. Los nombramientos para ocupar cargos nacionales en reparticiones que tienen sede en Entre Ríos profundizó la grieta en la dirigencia de ambos partidos. 

Ocurrió hace unos días, al calor del debate por la ley antidespidos. La designación de Antonio Julián Rubio al frente de Vialidad Nacional, que estaba garantizada y era un hecho inapelable, estuvo a punto de quedar trunca. Rogelio Frigerio, amo y señor de las acciones de la oposición en Entre Ríos, decidió sepultar el nombramiento de Rubio bajo el argumento de que al centenario partido ya se le había dado lo que se merecía. Los radicales estallaron de ira. 

Los diputados nacionales Jorge D’ Agostino y Marcelo Monfort le hicieron saber al ministro del Interior que bajarían al recinto para dar quórum en la sesión que se iba a tratar la norma y que luego fracasó por falta del mismo. Ese gesto de rebeldía iba a ser sólo una parte de la respuesta al desplante del funcionario macrista que pretendió bochar a Rubio. Los legisladores amenazaron con dar un paso al costado del bloque, según reconstruyó Página Política. Un escándalo, si se ubica al hecho en el delicado contexto político por el que transita el gobierno. 

La amenaza de conformar un bloque aparte – se especuló - podía llegar a contar con la suma de otros legisladores de la UCR, enojados por el manoseo al que se ven expuestos con frecuencia. El PRO no está sobrado de soldados en el Congreso. Todo lo contrario. 

Lo cierto es que Frigerio dio marcha atrás con su pretensión y Rubio, finalmente, fue nombrado. 

El reparto de cargos por parte de la administración nacional es claramente favorable a los dirigentes del PRO. Incluso Frigerio, en nombre de Macri, privilegió a dirigentes de otras fuerzas en detrimento de la UCR, principal aliado en el frente. (Ver columna en este sitio Funcionarios de Macri).

Fuente: Página Política