El gobernador Urribarri les anunció a cada uno de los candidatos a sucederlo que no va a adelantar las elecciones provinciales.

Lo hizo primero con Solanas el miércoles, algo que confirmó el propio diputado nacional; luego con Bordet y también con el resto de los candidatos en el trascurso de la semana pasada.

Para algunos, así se devela el misterio de las fechas de las elecciones en Entre Ríos, algo que tiene en vilo a toda la dirigencia, principalmente a la del oficialismo.

Sin embargo, para otros no está develada ni mucho menos y aquí se dividen las aguas con los que creen que en una elección de ”entre casa” el oficialismo provincial sería imbatible y no solamente aseguraría en triunfo del peronismo en la provincia, sino que tampoco pondrá en riesgo diputados, senadores ni intendentes ni presidentes de junta de gobierno ya que en esa elección no competirían los candidatos nacionales como Macri, Scioli, Stolbizer, Massa, ni tampoco los medios nacionales que tienen una fuerte penetración en la provincia.

El otro sector, el utra “K”, está sumamente confiado y con un optimismo calificado de excesivo para algunos de que el PJ no solo gana en octubre, sino que lo hará en primera vuelta.

Los otros, mucho más cautos, guardan silencio y aquí aparecen algunos fantasmas del pasado, más precisamente del año 1999, cuando el entonces peronismo de la provincia no desdobló y perdió contra la Alianza ante un gobierno nacional debilitado totalmente.

Es más, algún dirigente memorioso recuerda alguna anécdota en la cual Jorge Busti estaba molesto con una persona que le recriminaba que estaba haciendo todo lo posible para que perdiera el PJ y que se impusiera el radicalismo con la Alianza.

En aquel momento, dicha persona en el despacho del gobernador le dijo “Jorge, ¿te puedo hacer una pregunta?. ¿Por qué querés que pierda el peronismo y gane la alianza?”. Ante tal situación, Busti muy molesto le respondió: “no, ¿cómo voy a querer que pierda? ¿Cómo vas a decir eso?”.

A eso la persona respondió: “entonces, ¿por qué no desdoblas las elecciones?. Porque si la llevás con las nacionales vos sabes que no tienen ninguna posibilidad”.

Busti hacía alarde de la muy buena imagen que en aquel entonces tenía y el gobernador respondió “yo soy peronista, yo estoy con el proyecto nacional que encabeza Duhalde, el Cabezón es un compañero y no lo voy a abandonar, voy a recorrer toda la provincia, pueblo por pueblo, casa por casa, me voy a poner al frente de la campaña y vamos a ganar”.

Los resultados son conocidos por todos, el PJ no solamente perdió la gobernación en Entre Ríos sino también en Concordia, bastión del entonces gobernador, ante un desconocido Guillermo Corfield de Gualeguaychú.

Busti nunca más se sacó ese karma y lo sigue hasta el día de hoy. La dirigencia peronista le sigue reprochando que, aún sabiendo, entregó el peronismo y fue el responsable de que el radicalismo gobiernara la provincia.

Lejos de cualquier paralelismo, el gobernador posee altos índices de imagen positiva, incluso doblando a la de Cristina y al gobierno nacional, y además hace una fuerte apuesta al intentar posicionar a la provincia en la nación.

Indudablemente, si es así, Urribarri ata la suerte de la continuidad del PJ en la provincia a la suya en lo nacional o, en su defecto, a la del candidato del FpV que surja de las PASO del 9 de agosto.

Más allá de todas las apuestas, las elecciones pasan y pasan, y en el cuarto oscuro, la gente sigue priorizando las candidaturas más altas, y esta históricamente ha sido la nacional dejando en desmedro la provincial.

Si es como confió el gobernador y las elecciones van unificadas, la tracción deberán ejercerla los candidatos provinciales, o sea, poner el carro delante del caballo.

En definitiva, como dijera un filósofo, “el hombre es el único ser vivo que tropieza dos veces con la misma piedra”