Seguramente, el Presidente le hará un comentario sobre la situación del país, puede que incluso le haga un resumen de la situación de endeudamiento. El Plan contra el Hambre, al que la Iglesia le dio su respaldo, también formará parte del repaso. Menos coincidencias habrá en el diálogo respecto al proyecto de aborto legal que Alberto Fernández ya anticipó que enviará al Congreso. El Presidente siempre se preocupó en quitarle cualquier matiz religioso a la iniciativa, que plantea como una cuestión de salud pública. En Gobierno aseguran que esa sinceridad es bien vista por la Iglesia. Habrá que ver qué dice Francisco al respecto.

Un tema complementario será el del embajador. Se sabe que el Papa pidió que esta vez sea un diplomático de carrera y no un político, para bajar un poco el perfil de la representación. La solicitud fue del gusto de Fernández, que busca establecer un vínculo personal, sin intermediarios, con Francisco. Se le adjudica a Beliz la idea de la candidatura del dilomático Luis Bellando para el cargo. Enseguida aparecieron cuestionamientos a la propuesta, pero no por la supuesta condición de casado en segundas nupcias de Bellando, sino por sus antecedentes de conducta inapropiada en anteriores destinos. No obstante, su pedido de plácet continúa en la Nunciatura, nadie lo retiró. El canciller Solá preferiría a la embajadora María del Carmen Squeff, quien además tiene un buen vínculo con Cristina Kirchner. En definitiva, el asunto no está resuelto y es probable que, como deslizó en algún momento, el Presidente quiera conversarlo personalmente con el Papa. La idea tiene sus bemoles. En Cancillería prefirían viajar con el nombre ya decidido.

Luego de esa hora a solas se sumarán el resto de los integrantes de la comitiva para el almuerzo. Fernández, además, se reunirá con el secretario de Estado del Vaticano, el italiano Pietro Parolin, el "canciller" del Papa, más dedicado a los temas de la coyuntura política internacional. Quien llegará al Vaticano proveniente desde Nueva York será el ministro Martín Guzmán, con las últimas novedades sobre la negociación de la deuda. Guzmán es discípulo del Nobel Joseph Stiglitz, un economista que trabaja en forma cercana al Vaticano. El ministro de Hacienda argentino integrará un panel del seminario "Nuevas Formas de Fraternidad Solidaria de Inclusión, Integración e Innovación" que organiza la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. La titular del FMI, Kristalina Georgieva, formará parte de la mesa que ofrecerá las conclusiones de la jornada. Georgieva y Guzmán ya acordaron un encuentro en el Vaticano, inmejorable escenario para hablar de una negociación en buenos términos.

No está resuelto todavía si Guzmán seguirá en la gira o se volverá. Dado que la deuda será la cuestión predominante en los encuentros, la lógica sería que participara, por lo menos de algunos. El mismo viernes que verá al Papa, Alberto Fernández se reunirá con el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y con el primer ministro Giuseppe Conte. El fin de semana permanecerá en Roma -se hospedará en la inhabitada residencia del embajador vaticano- y es probable que vea a las autoridades de la FAO, la organización de las Naciones Unidas contra el Hambre. 

El domingo saldrá para Berlín, en donde el lunes se encontrará con la canciller alemana Angela Merkel, el último de los encuentros que se pudo cerrar y tal vez el más importante. El apoyo de Merkel para las negociaciones que pretende llevar adelante Fernández en el FMI puede resultar decisivo. Por eso es muy probable que Guzmán también esté presente. Otra actividad en Alemania será un encuentro con las autoridades de Volkswagen. 

En Madrid, Alberto Fernández estará sólo unas horas, las suficientes para juntarse con el jefe de gobierno socialista, Pedro Sánchez. Ya se reunieron en la campaña y rápidamente generaron una muy buena relación. El último encuentro previsto hasta el momento será el miércoles 5 en París con el presidente Emmanuel Macron, a quien saludó la semana pasada en Jerusalén.