El presidente Mauricio Macri habló por primera vez ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, frente a la cual ratificó el reclamo argentino de soberanía sobre las islas Malvinas, ratificó que el país ampliará la recepción de refugiados sirios en el país y comprometió el apoyo de su gestión al acuerdo de París firmado para combatir el cambio climático.

En un discurso de 15 minutos, Macri resaltó ante los líderes mundiales que su gobierno “eligió el camino de confiar unos en otros, dialogar y hablar con la verdad”, y sostuvo que “ya se están empezando a ver los resultados” del cambio, con la “normalización de la macroeconomía y una relación madura con el resto de los países y los organismos multilaterales”.

Sobre la cuestión Malvinas, el jefe de Estado expresó un "llamado al diálogo” con el Reino Unido para “solucionar amigablemente la disputa de soberanía que tenemos hace dos siglos” y dijo que su gobierno “ha dado muestras de interés en avanzar en la relación bilateral que puede y debe ser mutuamente beneficiosa”.

En relación a la problemática de los refugiados, Macri presentó ante los líderes mundiales que participan de la asamblea la decisión argentina de ampliar la recepción de refugiados por el conflicto bélico en Siria, privilegiando a "familias con niños", tal como fue establecido en la ampliación del denominado Programa Siria publicada días atrás en el Boletín Oficial.

Además, en su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU, de la que participa en la ciudad de Nueva York, el Presidente ratificó la presencia de los Cascos Blancos en campos de refugiados de esa zona.

Asimismo hizo un "llamado a la sociedad internacional" frente al cambio climático y expresó su deseo de que próximamente se pueda "celebrar la entrada en vigencia del Acuerdo de París, tan importante para nuestro futuro".

En otro tramo de su discurso, el mandatario argentino pidió “mayor colaboración internacional para el esclarecimiento y castigo a los culpables” de los atentados terroristas que sufrió la Argentina contra la embajada de Israel en Buenos Aires, en 1992, y contra la AMIA, en 1994.

Desde el lugar destinado para la delegación argentina en el recinto, lo acompañaron la canciller Susana Malcorra y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.