"Bienvenido el proyecto. No me interesa quién lo haga, basta que se haga, pero hemos perdido 12 años. Hoy podría ser un brillante laboratorio de medicamentos genéricos que dé solución a las necesidades de todos los centros de salud y los hospitales. Y no se hizo, y no se hizo nunca sin explicar en detalle por qué causa lo archivaron", indicó el ex secretario de Salud de la provincia, Alberto Rotman, quien destacó el proyecto del legislador concordiense Luis Jakimchuk (FpV) que propone reactivar la planta estatal de elaboración de medicamentos. 

Rotman lamentó además que con el cambio de gobierno en 2003 se abandonó una planta que estaba con un avance de obra del 70% y se desactivaron las pequeñas plantas de elaboración de medicamentos para los hospitales. Se había capacitado a todos los profesionales y estaba paga la compra del 50% de la aparatología financiada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la otra mitad depositada en una cuenta especial.

El diputado Luis Jakimchuk (FpV) reabrió la discusión por la producción pública de medicamentos. La iniciativa impulsada por el ex gobernador radical Sergio Montiel proyectó la creación de una planta provincial de medicamentos genéricos denominada Infader SA que funcionaría en Federal. El plan quedó desactivado en las sucesivas gestiones justicialistas y por la aparente presión de los laboratorios.

Rotman sostuvo: "Le aconsejaría a la Cámara de Diputados que no se apure por aprobar esta ley. Cuando lleguemos nosotros al parlamento vamos a hacer una ley completa y la vamos a hacer con ellos. Con Jakimchuk y con todo el que tenga interés en una ley realmente seria sobre elaboración de medicamentos genéricos a través de un laboratorio provincial. No me parece que después de haber perdido más 12 años, hoy a poco de irse este gobierno impulse una ley medio agarrada de los pelos".

Es la segunda vez que Rotman se expresa sobre el tema en menos de dos años. El 1º de octubre del 2013 en un comunicado saludó la iniciativa también de Jakimchuk de retomar la investigación y producción de medicamentos genéricos en Entre Ríos.

Ahora, Rotman reitera: "Bienvenido el proyecto, no me interesa quién lo haga, basta que se haga, pero hemos perdido 12 años. Hoy podría ser un brillante laboratorio de medicamentos genéricos que dé solución a las necesidades de todos los centros de salud y los hospitales. Y no se hizo, y no se hizo nunca sin explicar en detalle por qué causa lo archivaron".

El legislador Luis Jakimchuk propuso que el Estado provincial transforme la firma entrerriana en una sociedad del estado. Además de capitalizarla con 60 millones, fija su domicilio lugar en la ciudad de Paraná "sin perjuicio de lo cual podrá establecer sucursales en cualquier lugar que así se determine,", reprodujo hace unos días el portal RecintoNet. "¿Cómo sucursales?, es un disparate. No es una tienda, ni un supermercado", se ofuscó Rotman.

Durante su gestión como Secretario de Salud, la provincia efectuó un relevamiento en todos los hospitales y centros de salud. Buscaba precisiones acerca del consumo de medicamentos. Ese vademécum sirvió de parámetro para proyectar la infraestructura necesaria de una futura fábrica. La planta fue pensada luego de las experiencias de fabricación de fármacos en el Hospital Urquiza de Concepción del Uruguay, en Gualeguaychú, y Crespo en menor escala; en el Hospital Felipe Heras "empezamos con siete medicamentos genéricos". "Logramos que nos donen máquinas comprimidoras y otras más sofisticadas para hacer antibióticos en Gualeguaychú. Allí surge el planteo de la fábrica de medicamentos. Veíamos que se podían preparar medicamentos de excelente calidad y a un costo de tres a cinco veces más económico" que las compras habituales para abastecer los hospitales.

¿Actualmente se producen medicamentos en los hospitales? "No. Primero no siguieron con una planta que estaba con un avance de obra del 70%. Pero lo peor que hicieron es que nadie sabe dónde están las pequeñas plantas de elaboración de medicamentos para los hospitales".

Según relata Rotman, el 10 de diciembre del 2003 durante el traspaso de gobierno, el proyecto estaba encaminado: el edificio tenía un avance de obra en un 70%. Se había capacitado a todos los profesionales que trabajarían en la elaboración de medicamentos. Se había hecho el estudio de impacto ambiental, "estaba paga la compra del 50% de la aparatología financiada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y la otra mitad depositada en una cuenta especial".

En Argentina, detalla el médico, "hay 40 plantas estatales de elaboración de medicamentos genéricos. La provincia de Río Negro, una de las pioneras, produce prácticamente todo lo que utilizan sus hospitales. La fábrica de Federal estaba programada para salir con 37 genéricos que cubrían un porcentaje altísimo del consumo de medicamentos en los hospitales y centros de salud". En una primera etapa, saldrían jarabes y comprimidos; durante el segundo, fármacos inyectables, y al quinto año avanzarían en la producción de sueros. "O sea que estaba programado en cinco años cubrir el 100% de los medicamentos utilizados en los hospitales y centros de salud".

Pese a la recuperación económica del 2002 ? 2003 y a la disponibilidad de recursos, el proyecto se abortó. El cirujano lo atribuye al "egoísmo político, venía un gobierno de otro signo. Es uno de los pecados capitales que tiene la política". Una segunda razón podría obedecer a las sucesivas gestiones radicales en Federal. Y por último "el lobby que pudieron haber hecho los laboratorios privados" que proveen a los hospitales de medicamentos. "No se les iba a prohibir que vendan. Que entren en el mercado, pero nosotros íbamos a fabricar medicamentos mucho más económicos y de mejor calidad que muchos de los laboratorios que proveen a los hospitales", remarca.

El lugar elegido no fue azaroso dijo Rotman. Respondía en ese entonces a políticas públicas de alcance territorial. "El norte entrerriano es la parte más pobre. No podemos hacer que Paraná sea la capital macrocefálica de Entre Ríos. Hay que descentralizar y llevar actividades a distintos lugares. Federal hubiese sido un polo de desarrollo tecnológico en el rubro". Contó que "había lugares para alojar gente preparada para esto, se buscaba incentivar la investigación mediante pasantías para egresados de la Uner y la Uader. Bajaron el proyecto diciendo que era una obra faraónica". El médico lo desmiente: "En menos de un año se pagaba la obra con la diferencia" entre la compra de medicamentos y su reemplazo por la elaboración.

Con todo, sostuvo que por su iniciativa "hay que felicitar a Jakimchuk, pero hay que estudiarla bien. Son políticas públicas que deben dejar de lado las conveniencias partidarias y tomar sólo la conveniencia de la sociedad. Tenemos que hacerlo porque hoy los hospitales no tienen los medicamentos esenciales. A nuestros hospitales van de todos los niveles sociales pero sobre todo van los más pobres de los pobres. Y suelen ir al hospital con su enfermedad a cuestas, los atiende un profesional, van a la farmacia a buscar un medicamento, no hay y se vuelven con su enfermedad y sin su medicamento", apuntó.