La Guerra de Malvinas fue el último intento de la dictadura cívico- militar para oxigenarse de la crisis económica y social en la que estaba sumergido el país desde 1976. El régimen militar daba señales de agotamiento e intentó una histórica reivindicación nacional mediante el conflicto bélico.

El conflicto armado, que comenzó el 2 de abril de 1982 y concluyó el 14 de junio, le costó la vida a 649 argentinos. Muchos de ellos eran jóvenes de 18 años que cumplían el servicio militar. Además hubo soldados, oficiales y suboficiales que sufrieron mutilaciones y secuelas psicológicas que los afectaron por el resto de su vida. Unos 350 ex combatientes se suicidaron luego de la guerra.

Las gestiones diplomáticas pacíficas que llevaron adelante durante casi dos siglos: Juan Manual de Rosas, Bartolomé Mitre, Julio A. Roca, Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón quedaron en el olvido.

Aquel 2 de abril, Leopoldo Fortunato Galtieri que encabezaba el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional anunciaba que Argentina había recuperado la soberanía sobre las islas Malvinas.

“Hemos recuperado, salvaguardando el honor nacional sin rencores. Pero con la firmeza que las circunstancias exigen, las islas australes que integran por legítimo derecho el patrimonio nacional”, anunciaba Galtieri al pueblo argentino.

De inmediato, el gobierno inglés de Margaret Thatcher envió hacia las islas un ejército muy superior en armamento y preparación y se desató una cruenta batalla en mar y tierra.

Solo dos meses y medio después, la guerra finalizó con la rendición de las tropas argentinas.