Los consultores remarcaron que no pasar por ShowMatch "expone a los políticos a ser criticados por falta de cintura".

La frontera entre el mundo de la política y el del espectáculo es cada vez más difusa. La explicación no radica en la crítica –a veces simplista– que acusa a los dirigentes de sufrir un supuesto proceso de "frivolización". Se trata de algo tan sencillo como contundente en un año electoral: los números. Los niveles de audiencia de los programas que se especializan en temas políticos no le hacen siquiera cosquillas a los que tienen algunos de los que se ocupan del entretenimiento masivo. Por eso –una vez más– el Bailando por un Sueño de Marcelo Tinelli hará danzar a los principales precandidatos en ShowMatch. Ayer arrancaron los presidenciables, hasta ahora, mejor posicionados en las encuestas: Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa. ¿Qué se gana y qué se pierde por bailar al son de Marcelo?

"En el caso de un dirigente que es poco conocido, la presencia en un programa como ShowMatch puede cambiar por completo su realidad. Así fue con Francisco de Narváez en las elecciones parlamentarias de 2009", le dijo a Tiempo el consultor Juan Manuel Aurelio, rememorando aquella elección que el "Colorado" ganó en territorio bonaerense, montado parcialmente en un slogan que nació en televisión: "Alica, alicate; votame, votate." "Sin embargo –agregó Aurelio– Scioli, Massa y Macri tienen un altísimo nivel de conocimiento. El beneficio puede pasar por comunicar algún punto de su agenda a un público masivo que mayoritariamente no consume los programas políticos."

Para Analía Del Franco, la presencia en el Bailando es casi un paso obligado para los dirigentes en los años electorales. "Está muy instalado en la sociedad. Los políticos pueden exponerse a críticas si no van. Puede parecer que le tienen temor a una situación en la que deben mostrar cierta cintura", describió la directora de Analogía.

"Además les sirve para develar otras facetas de su personalidad. El programa de Tinelli es visto por muchas personas. Es una forma de entrar en la vida cotidiana de la gente."

El director de CEOP, Roberto Bacman, tuvo una visión diferente a la de sus colegas. Le encontró menos "beneficios" al paso por ShowMatch: "No creo que pueda modificar el voto de casi nadie, en tal caso ratifica lo que ya está." El consultor también recurrió al fenómeno "alica, alicate" para desarrollar su análisis. "Esa fue una elección parlamentaria y el electorado siempre vota de otro modo. No piensa que en esa instancia se juega su destino. En este caso la ciudadanía está buscando un presidente y piensa en las cuestiones de peso, la economía, el empleo." "No creo que un momento simpático en televisión pueda influir en la decisión del voto."  

Otra pregunta inexorable es si la presencia en el Bailando puede restarle puntos a un dirigente. Un ejemplo sobre esto fue lo que ocurrió en diciembre del año 2000 con el entonces presidente Fernando de la Rúa. El radical generó una imagen que quedó en la historia de la memoria popular: quiso retirarse del estudio y se equivocó el costado por el que debía salir. Esto reafirmó la parodia que hacía sobre él su imitador, que lo retrataba como un hombre desorientado.

"En principio, si no hay alguna situación en la que el político cometa algún error muy llamativo, no me parece que pueda restar", sostuvo Bacman. "La pregunta más bien es: por qué no ir a lo de Tinelli. Quizás no sume mucho. Pero en principio no genera costos", agregó el encuestador.

Esta visión fue compartida por Aurelio, quien además agregó: "La política y el espectáculo están muy mezclados en esta época. No es como en otros momentos."
Hay un sector de la sociedad –no mayoritario– al que no le gusta Tinelli y que incluso tiene críticas a su programa, como el trato que en general reciben las mujeres. Sobre el impacto en esta franja que puede tener la presencia de un político en el Bailando, Del Franco destacó: "Puede no gustarle demasiado a ese sector, pero en general lo toma como algo inevitable para los dirigentes. Es un hecho no influye en su decisión a la hora de elegir." 

Fuente: Tiempo Argentino