La Fiscal Viviana Fein tiene en sus manos uno de los casos más complejos de los últimos años: averiguar cómo y porqué murió el fiscal Alberto Nisman. Se trata de un tema candente, con intereses y puntos oscuros. Pero eso no justifica los errores y confusiones en los que Fein incurrió y, que enturbian el desarrollo de una causa con más interrogantes que certezas.

La primera confusión surgió por el borrador de Nisman. Fein admitió que fue encontrado un borrador en el tacho de basura del departamento del fiscal, en el que pedía la detención de todos los acusados en su denuncia, inclusive de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, horas antes había desmentido la existencia de tal borrador.

En diálogo con radio Vorterix, Fein señaló que hubo "un error de interpretación" en el comunicado difundido por su fiscalía y que asume ese error. "Me consta que hubo borrador, fue un error de interpretación. Estos borradores están en mi actuación, tienen que ver con el pedido de detención, son borradores que no están incorporados en la denuncia pero sí en mi expediente", indicó la fiscal.

Sin embargo, durante horas se debatió sobre la existencia -o no- del documento. Una información que Fein tenía bajo su poder. Pero que manejó sin claridad.

Otro episodio que dio que hablar fueron las vacaciones de Fein. La fiscal tenía fecha de receso a partir del 18 de febrero. Y se iba a reincorporar el 4 de marzo. De ese modo, la causa que mantiene en vilo al país quedaría sin fiscal.

"Sería aconsejable que Fein no se fuera de vacaciones porque estamos en el medio de una investigación que preocupa a todos los argentinos, que nos tiene con vocación de resolverlo cuanto antes, de dar por clarificada cómo fue la muerte del fiscal" aseguraba Aníbal Fernández.

Sin embargo,  Fein decidió suspender sus vacaciones. Y seguirá adelante de la causa.