Esta entidad sin fines de lucro que trabaja en defensa de los perros de la calle, se prepara para dos de las fechas que más afectan a los animales: 24 y 31 de diciembre.

En esas fechas el ruido de cohetes y bombas de estruendo afecta sobremanera a los perros. Por ello, la asociación les dará, tal como hizo el año pasado, gotitas a cada perro para dormirlos. «El objetivo es que se tranquilicen y no les afecte tanto las explosiones», contó Susana.

«Ya lo hicimos años anteriores y da resultado. Venimos un rato antes de las 24 horas, los dormimos y recién nos vamos cuando vemos que todos nuestros perritos están tranquilos», sostuvo Mariela.

En general, perros y gatos reaccionan de alguna forma al estímulo tan potente que les produce una explosión. Es muy raro que permanezcan indiferentes.

Los ruidos estrepitosos que genera la pirotecnia afecta a la mascota por el sufrimiento que padece y por el riesgo que corre de lastimarse a sí mismo al tratar de escapar o esconderse y hasta extraviarse. El animal trata de huir o esconderse, pide protección, tiembla, pone la cola entre las patas, se agita, a veces gruñe o ladra desde lejos.

«Siempre hay perros en la calle y hace falta más castraciones barriales. Actualmente, hay uno 15 perritos en el refugio, pero llegamos a tener casi 40. La gente los lleva en adopción, pero aún falta mucho», destacaron.

La entidad agradeció a las Escuelas por el apoyo continuo y a la empresa Cartellone S.A., «ya que siempre nos da una mano».

El Grupo está necesitando por estas horas desodorante de piso, trapos de piso, insecticida, bolsas de residuos, alimentos para perros (grandes y cachorros), así como también apoyo económico para solventar los gastos en las veterinarias.