INTERES GENERAL
13 de marzo de 2015
En tres años, cayó casi 45 por ciento el uso del teléfono fijo
Aunque son mucho más baratas, las llamadas locales hechas desde líneas fijas se derrumbaron 44,5% entre 2011 y 2014. El año pasado esas comunicaciones cayeron al nivel más bajo en dos décadas. Diferencias de costos con el celular.
El tradicional teléfono fijo está siendo velozmente desplazado por las nuevas tecnologías. Millones de mensajes que antes exigían levantar el tubo viajan en estos días por correo electrónico, SMS, WhatsApp, privados de Facebook o llamadas desde dispositivos móviles. Siguiendo una tendencia mundial, los viejos aparatos se usan cada vez menos en el país. Pero a los argentinos, por ahora, no se les ocurre desconectarlos. Principalmente, porque las comunicaciones inalámbricas todavía son más caras y menos confiables.
La tendencia aparece sin sutileza en las estadísticas. Las llamadas locales hechas desde líneas fijas se derrumbaron un 44,5% entre 2011 y 2014. Y el año pasado esas comunicaciones cayeron al nivel más bajo en al menos dos décadas, según los últimos registros de la Comisión Nacional de Comunicaciones que informa el Indec.
La contracara es que las llamadas desde celulares y el tráfico de SMS crecieron 51% desde 2011, y se multiplicaron por 12 en los últimos diez años. Algo que produjo un avance récord de la movilidad por sobre el viejo sistema. Si en 2004 los argentinos hacían una llamada con móviles por cada 1.300 desde fijos, esa relación se redujo a 1 en 100 en 2013, y a sólo 1 en 80 el año pasado. La perspectiva, en tanto, es que esa distancia se siga achicando.
“Con mis amigos ahora sólo hablo por WhatsApp, y con mi familia nos tenemos todos ‘gratis’ en los celulares. Ya casi nadie me llama al fijo. Ultimamente, cada vez que suena es una propaganda política, una encuesta o un telemarketer para venderme algo que no necesito”, cuenta Mariano, un publicitario porteño de 29 años que todavía vive con sus padres. Pero dice que, pese a tenerlo casi de adorno, y a que el servicio tiene costos de mantenimiento, no piensa en darlo de baja.
En España, por ejemplo, en paralelo al auge de la movilidad, la proporción de hogares con teléfonos tradicionales viene en retroceso desde 2003. En Chile, la cantidad de fijos activos cayó un 7,6% en los últimos cuatro años. Pero en Argentina, no: hace cinco años que la cantidad de líneas fijas en servicio se mantiene estable, por encima de los 9 millones.
La gran pregunta es por qué, y los especialistas ofrecen distintas respuestas. Una es la saturación de las redes móviles, que todavía dificulta comunicarse en varias zonas y horarios. Para sus víctimas, decir “llamame al fijo” suele ser la única forma de hablar. Las líneas fijas también siguen funcionando aunque se corte la luz y sus aparatos no se quedan sin batería. Pero también hay factores económicos: en el país las tarifas de telefonía fija llevan más de una década “congeladas”.
“El abono mensual está por debajo de los $ 20 y, en muchos casos, llamar a un celular desde un fijo es más barato que hacerlo desde un móvil. El bajísimo costo del servicio hace que la gente ni se preocupe en darlo de baja, aunque no lo use”, analiza Enrique Carrier, consultor en telecomunicaciones.
Basta comprobar que, desde un fijo, una llamada de cuatro minutos a otro fijo sale menos de 10 centavos, y $ 1,43 si se llama a un móvil. La misma conversación, desde un celular, consume $ 10,80 de saldo con un abono de $ 145 mensuales y más de $ 17 para quien tiene un plan prepago, un monto muchísimo más alto aunque alguna promoción triplique el dinero de la recarga.
Si bien la telefonía fija todavía no ha perdido clientes –aunque sí intensidad de uso–, las perspectivas son que ese retroceso será inexorable a mediano plazo, a medida que las redes móviles mejoren y también por un cambio generacional.
“Hoy los que se mudan a edificios nuevos son los más reacios a contratar este servicio, salvo en combos con banda ancha. Se da particularmente con los más jóvenes, cuya prioridad ahora es tener Internet”, agrega Carrier. En un estudio reciente de su consultora, el 40% de los encuestados dijo que, en caso de cambiar de vivienda, no instalaría una línea fija. Sólo usaría el celular.