Embajada argentina blindada por crisis en Venezuela
El gobierno de Mauricio Macri amplió los controles en la representación en Caracas y tiene previsto un plan de contingencia para evacuar, si la situación lo requiere, a los diplomáticos y a sus familiares. Gran hermetismo en la sede diplomática del país caribeño.
La votación de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente no logró bajar las tensiones en un país sumido en el caos, con culpas compartidas. En ese marco, el desprecio del gobierno argentino por el chavismo y el temor a ser blanco de ataques llevaron a las autoridades a analizar un plan de emergencia que incluye reforzar la embajada en Caracas y hasta evacuar a los familiares de los diplomáticos.
El proyecto de incrementar la seguridad de la sede diplomática, a cargo del encargado de negocios Eduardo Porretti, no es nuevo, pero la creciente violencia aceleró la iniciativa que requeriría el envío de gendarmes para aumentar el control que brinda personal de seguridad privada y de la Guardia Nacional Bolivariana, fuerza que en los últimos días estuvo abocada a otras cuestiones.
Además, el Ejecutivo prevé la evacuación de los familiares de los diplomáticos instalados en Caracas para no exponerlos a situaciones violentas, siguiendo la línea de lo realizado por Estados Unidos, Canadá y algunos países europeos.
En ese marco, Porretti reconoció que la situación que atraviesan diplomáticos y trabajadores en la capital venezolana "se hace cada vez más difícil y complicada".
"Muy triste"
Mientras la preocupación de la Cancillería está puesta en la seguridad de los funcionarios instalados en Caracas, el presidente Mauricio Macri manifestó su repudio a la violencia. "Es muy triste lo que se está viviendo en Venezuela", dijo, y lamentó que "lo peor es que no se ve una salida rápida para tanta violencia".
En ese sentido, el canciller, Jorge Faurie, aseguró que el Mercosur "no está lejos" de aplicar la Cláusula Democrática del bloque regional, que podría derivar en sanciones y en la suspensión de Venezuela.
Respuesta internacional
Tras las elecciones, gobiernos de varios países manifestaron su repudio ante la ola de violencia. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia aseguraron que la Asamblea Constituyente "amenaza con agravar todavía más las fuertes tensiones", por lo que pidió un "diálogo nacional creíble".
En ese sentido, el gobierno alemán criticó el "uso desproporcionado" de la fuerza y aseguró que las elecciones del domingo se hicieron "sin las debidas garantías" democráticas de libertad ni de confidencialidad del voto y bajo un clima de violencia. Los comicios sólo sirvieron para "dividir aún más el país" y están orientados a "debilitar y desprestigiar" instituciones democráticas legítimamente elegidas, concluyó.
Como es habitual, el mayor respaldo a la gestión de Nicolás Maduro llegó desde Rusia, donde la Cancillería acusó a la oposición de "provocar enfrentamientos" y pidió a la comunidad internacional que abandone sus "planes destructivos". "Esperamos que los representantes de la comunidad regional e internacional que tienen la intención de no reconocer los resultados ejerzan moderación y abandonen sus planes destructivos", detalló un comunicado que concluyó: "Es necesario superar la crisis que vive el país a través de medios políticos, del diálogo, de acuerdo a la legislación y sin interferencias externas".
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