‘Declaramos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, declaró el papa Francisco.

El mundo siguió este domingo con atención la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, un símbolo de la solidaridad y de amor al prójimo. Fundadora de las Misioneras de la Caridad y reconocida con el Nobel de la Paz en 1979, el Vaticano ha organizado diferentes actos en Skopje, capital de Macedonia, ciudad natal de la religiosa que será escenario también de numerosos festejos.

El pasado 26 de agosto, Agnes Gonxhe Bojaxhiu hubiera cumplido 106 años y el 5 de septiembre se celebrará el 19 aniversario de su muerte. En 2002 fue beatificada al reconocer la Iglesia Católica su primer milagro. Ahora, con el segundo, se convertirá en santa. Además, al ser uno de los personajes más emblemáticos del siglo XX. Pero no sólo el Vaticano se preparó para elevarla a los altares, la capital de Macedonia, Skopje, aguarda con suma expectativa una jornada que será histórica. La Madre Teresa nació en Skopje, hoy capital de la pequeña Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM), cuando el país era todavía parte del entonces Imperio Otomano.

Desde hace tiempo placas de bronce instaladas en las paredes de los edificios de varias calles céntricas de la capital recuerdan los pensamientos de la Madre.

La increíble recuperación de un hombre brasileño con graves problemas cerebrales es el segundo milagro reconocido de la madre Teresa de Calcuta y el que partir del domingo contó con la aprobación de parte del papa Francisco.

El supuesto milagro que ha sido elegido y aprobado por la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos se obró el 8 de diciembre de 2008, cuando el enfermo, ya en coma, iba a ser operado, pero por problemas técnicos la intervención quirúrgica tuvo que ser pospuesta durante media hora. La esposa del paciente les había pedido a sus familiares y amigos que le rezaran a la beata, de la que era devota: "Díganle a la Madre Teresa que lo cure".

Al regresar al quirófano, según recoge el diario Avvenire, quien primero informó ayer de esta noticia, el doctor se encontró al paciente sentado, asintomático, despierto, perfectamente consciente y preguntándose qué hacía ahí.

El milagro anterior, aprobado en 2002, fue la supuesta "curación inexplicable" de una mujer india de religión animista, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor de páncreas. A la mujer, devota de la Madre Teresa, le colocaron en el abdomen una medalla, que había pertenecido a la monja, el 5 de septiembre de 1998,