De ser cierto, esta actualización vuelve a poner en discusión el problema de la privacidad de los usuarios, que poco a poco va cediendo terreno, avasallada por las constantes innovaciones que buscan, ni más ni menos, identificar a potenciales clientes.

Con aproximadamente 1.200 millones de usuarios en todo el mundo, WhatsApp -propiedad del rey de las redes sociales, Facebook- sigue implementando nuevas características que enriquecen el servicio de mensajería original.

De acuerdo con WABetaInfo, esta herramienta denominada Ubicación en tiempo real (Live Location en inglés) será incorporada en una próxima actualización de la popular aplicación. Más precisamente, la posibilidad de dar a conocer la localización estaría presente en la versión 2.17.150 para Android.

Asimismo, trascendió que la opción estará desactivada de forma predeterminada, de modo tal que si el usuario no quiere su ubicación, no será compartida. La necesidad de activar la localización en tiempo real puede considerarse un gesto que dice “nos importa su privacidad”.

En los últimos meses WhatsApp añadió nuevas características a la app, varias de ellas controvertidas entre los millones de usuarios. Entre ellas figura la molesta adición de Estados, una característica a través de la cual un usuario puede compartir videos breves sobre sus actividades y que se asemeja a las Historias de Instagram.

Anteriormente, WhatsApp también había generado polémica con la “última hora de conexión” y más recientemente con el controlador doble tilde azul, que confirma la lectura del mensaje. De todas maneras, en sucesivas actualizaciones la compañía permitió desactivar ambas funciones.

Como contrapartida, a favor de esta nueva herramienta se la puede catalogar como beneficiosa en situaciones de riesgo o incertidumbre, habilitando a nuestros contactos a conocer nuestra ubicación exacta. El problema de la privacidad tuvo un capítulo especial en marzo pasado, cuando la Cámara de Representantes de Estados Unidos votó a favor de la revocación de una ley del ex presidente Barack Obama que obligaba a los proveedores de servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés) a tener el consentimiento de su usuarios antes de compartir su información personal con terceros.

Así, habilitó a las empresas de telecomunicaciones a vender todo tipo de datos de los usuarios, desde su historial de navegación hasta su localización, el registro del uso de aplicaciones o el tipo de dispositivo en el que utilizan Internet, entre otros.

La polémica está abierta. Nuestra privacidad está cada vez más expuesta, nos guste o no. ¿Hay manera de detenerlo?