Una palomita salvadora del uruguayo Diego Vera le dio a Independiente un ajustado triunfo por 1-0 sobre un equipo de River con mayoría de suplentes y atenuó el malestar de los hinchas.

Los insultos previos al comienzo del partido contra los futbolistas, acompañado por la desagradable muestra de poder de la barra brava de poner las banderas al revés, con la victoria bajó al nivel de silbido y la advertencia de “Milito no se toca”.

Por este clima tenso, que hasta enturbió el honorable homenaje a las víctimas de Chapecoense, el uruguayo Vera con su acción y el resultado de ella fue la figura del partido.

River, con un técnico precavido en cuidar al plantel mayor para el superclásico y la final de Copa Argentina, hizo lo que pudo con un equipo con escaso ensamble y muchos pibes, pero hasta el último minuto, con un cabezazo de Sebastián Driussi, que saltó desde el banco, puso en vilo el triunfo de Independiente.