El hecho se desarrolló en la noche del martes en el boliche Caix y fue denunciado en redes sociales de Internet por el padre del joven de 18 años, también jugador de rugby del club Delta.

Santiago Mieres, padre de la víctima, publicó una foto de su hijo, en la que se lo ve acostado en una cama de hospital, y escribió: “Este es Joaquín, mi hijo mayor de 18 años. Para los que no lo conocen, Joaco es un gran chico, educado, solidario, amigo de sus amigos, familiero, estudiante, sano, súper sano, todo lo que uno sueña ver de sus hijos cuando crecen”.

Mieres dijo que su hijo fue al boliche invitado por un amigo que egresaba y sostuvo que allí se le acercaron, a él y a otros dos jóvenes, “10 jugadores de la M17 del Club San Fernando de Rugby y les dan a Joaco y Facu tremenda paliza”.

Tras el ataque, expresó el hombre, su hijo se comunicó por teléfono con la madre, le contó lo ocurrido y le dijo que iba para su casa, pero cuando cortó “se acercan los 10 hijos de puta que lo habían atacado antes y otros 5 o 6 más. Volvieron a atacarlo a trompadas, patadas, tanto a Facu como a él”.

Mieres dijo que “una de las trompadas que le dieron, desde atrás, acción bien de cobarde, le pega en la base del cráneo por lo que lo deja inconsciente y tirado en el piso”.

“Mucho se habla sobre la violencia en el rugby, las acciones de unos pocos que ensucian y desprestigian un deporte que da mucho más que lo que saca”, destacó el hombre.

En ese sentido, dijo estar “convencido de que si entre los dirigentes y los padres no se logra encauzar a los chicos violentos, hablándoles de que ser un equipo no es lo mismo que ser una patota, el deporte está condenado”.