El BMW blanco a nombre del jugador de Boca, Ricardo Centurión, protagonizó un accidente múltiple que encendió las alarmas en la institución de la Ribera.

En un episodio confuso, quien conducía el auto de Centurión huyó del lugar tras colisionar con otros tres vehículos. Los damnificados directamente (los conductores de los autos chocados) indicaron que quien manejaba el auto de alta gama era Centurión, mientras que cinco personas que venían en ese BMW, habrían asegurado que quien conducía no era el jugador xeneize, sino que era una persona que se ofreció a trasladarlos a un lugar sin determinar.

Mediante un llamado al 911, personal de la comisaría 1ª de Avellaneda constató que a su arribo a calles Alsina y subida a los "siete puentes", un BMW blanco dominio HQH-464, colisionó contra un Fiat Duna, patente CAP-491, blanco, conducido por Ignacio Rubén González.

También participaron otros dos autos más: un Fiat Siena blanco, patente KMV-236, quien lo conducía era Pablo Martín Circesta, de 38 años, y un Ford Fiesta, patente CAP-491 negro, conducido por Prudencio Gustavo Ferrerira. Tanto Circesta como González mostraron lesiones leves por la colisión.

Esta causa quedó bajo disposición de la doctora Coronel Olmos actuante de la UFI Nº 1, del Polo Judicial Avellaneda.

Los acompañantes del conductor fugado son: Jonathan Acosta, de 22 años, Nazareno Vera, de 23, Iván Alan Pérez, de 22, Ximena Giordino, de 22 y Yésica Denis Macedo, de 21 años.

Éstos explicaron a la autoridad que quien estaba al comando del auto se fue y que el mismo no era Centurión, sino que era un "desconocido", que en un boliche (¿Fiux?), se ofreció a llevarlos en el auto hasta cierto punto de destino, no especificado.

Tras labrar las actuaciones correspondientes, el BMW fue trasladado hasta la comisaría y, hasta el cierre de esta edición, nadie se acercó a la delegación policial para retirar el vehículo.

Paralelamente, pudimos averiguar que el futbolista, una vez que el plantel xeneize regresó a Buenos Aires tras el amistoso jugado en Chaco, fue a un boliche llamado Fiux, del cual aseguran es habitué y que cada vez que volvía al país (cuando jugaba en Brasil), iba con sus amigos a este lugar.

Sorpresa
Quien maneja los destinos del jugador, Hernán Fernández, fue consultado por Crónica y comentó que "no tengo idea de lo que pasó, estoy tratando de averiguar". Aunque luego admitió que el futbolista estaba físicamente bien, sin ningún tipo de problemas.

Pero más allá de todo, el nombre de Centurión se ve envuelto en un problema importante aunque, por suerte, nadie salió lastimado.

De todas maneras, las autoridades policiales deberán establecer quién conducía y cuál de los involucrados en el hecho dijo la verdad, si fueron los que viajaban en el BMW, o si fueron los dueños de los otros autos colisionados.