DEPORTES
18 de agosto de 2016
Argentina le puso fin a su Juego Olímpico y a la carrera de sus grandes ídolos
La selección argentina de básquet le dijo adiós a los Juegos Olímpicos Río 2016 al caer por 105-78 contra Estados Unidos.
El equipo albiceleste no pudo ofrecer resistencia ante el mejor equipo del torneo y así se quedó sin la posibilidad de luchar por una nueva medalla olímpica.
Además, la eliminación del equipo dirigido por Sergio Hernández significó la despedida definitiva de la aventura olímpica de leyendas como Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni y posiblemente Luis Scola, así como casi con seguridad fue el adiós final de su historia con su combinado nacional.
La llamada Generación Dorada terminó así un ciclo de 15 años en el que cosechó el honor de un oro en Atenas 2004, un subcampeonato mundial en 2002 y, en el mismo certamen, haber celebrado la primera victoria en la historia contra un equipo de Estados Unidos integrado por jugadores de la NBA.
El conjunto norteamericano, por su parte, reafirmó su condición de gran candidato al título en Río 2016 y se enfrentará en semifinales el viernes contra España, que antes derrotó por 92-67 a Francia.
Kevin Durant fue la gran figura del encuentro, con 27 puntos, siete rebotes y seis asistencias, mientras que Paul George aportó 17 puntos y ocho rebotes.
Con el apoyo de los hinchas instalados en las tribunas del Arena Carioca 1, Argentina inició el duelo con intensidad y desparpajo. La audacia de Facundo Campazzo contagió al resto del equipo y, ante la sorpresa de todos, los albicelestes consiguieron una ventaja de hasta 10 puntos para quedar 19-9.
Pero Estados Unidos, que falló demasiados tiros fáciles desde el perímetro en los minutos iniciales, reaccionó a través de la figura de Durant, que sacó el equipo adelante y anotó 13 puntos para que su equipo consiguiera un parcial de 27-2 y la distancia se hiciera inalcanzable para los sudamericanos.
Desde entonces, el duelo se convirtió en algo anecdótico. Estados Unidos controló todas las facetas del juego y Argentina respondió sólo gracias al coraje de algunas individualidades.
Algunas reacciones duras de Campazzo hicieron enojar a los norteamericanos en dos momentos del encuentro, pero ya la equivalencia deportiva estaba ausente.
Así, a falta de cinco minutos para el final, Hernández puso en cancha a los cuatro veteranos Ginóbili, Scola, Nocioni y Carlos Delfino para que su generación tuviera sus últimos minutos de gloria.
Mientras la hinchada argentina se unía en una de las tribunas para dar el último aliento, Ginóbili se retiraba a un minuto del final, en medio de la emoción y una ovación única. Argentina dijo adiós y la mejor generación de baloncesto de su historia también.