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LOCALES

27 de abril de 2018

GRAVE INTENTO DE UN MEDICO POR CALLAR LA VOZ DE ESTE SEMANARIO

Si bien es una situación que podría tomarse como particular, no lo es. Intentaré -dentro de la indignación que me embarga- relatar lo que me ocurrió personalmente, lo que obviamente me es difícil sobre todo para hacerlo con la mayor objetividad posible.
El día Miércoles 25 concurrí a los consultorios de calle Belgrano 1045 (ex Clínica Ava), entregue las órdenes de prácticas médicas de mi Obra Social IOSPER y aboné el coseguro de un total de $137, a la chica de mesa de entradas, para que me atendiera el Dr. José Allende, a fin de efectuarme un electrocardiograma y me senté a esperar mi turno.
Intempestivamente aparece el Dr. Martín Ava y me increpa diciéndome “vos Perico sos un caradura para venir a atenderte acá después de lo que escribiste en tu revista” -le aclaro al Dr. que parece no enterado que se trata de un Semanario de noticias que se llama LA VOZ y hace más de 7 años que se publica- a lo que atiné solo a mirarlo y entonces continuo “no quiero que te atiendas acá, quiero que te vayas” todavía estupefacto, como todos los pacientes que se encontraban en el lugar, por el agresivo y violento comportamiento del galeno -lo que hace solo corroborar nuestra opinión expresada en aquella oportunidad reprochada, expresé “que toda la vida me había atendido allí y que era con el Dr. Allende y no con él con quien quería atenderme”. “O te vas o llamó a la policía para que te saque de acá”, respondió. Allí sí, pasada mi sorpresa inicial, le manifesté que no me iba a retirar porque estaba en mi derecho como paciente hacerme atender donde quisiera, hubo algún otro cruce y llegó la policía. Los funcionarios tuvieron para conmigo un comportamiento sumamente correcto, pero es incomprensible que la Institución policial, se preste a actuar contra un ciudadano común que no está cometiendo ningún acto ilegal, ni siquiera de mala conducta, sin siquiera mediar una formal denuncia y solo acatando un llamado telefónico o personal de otro ciudadano tan común como el suscripto.

El Oficial a cargo me indicó que debía retirarme porque el Dr. era  el dueño y no quería que yo estuviera en el lugar, a lo que le manifesté  que la sala de espera era un lugar público y que no me retiraría, que tendría que sacarme; a lo que contestó “No. sacarlo no, pero quiero que entienda que el  Dr. quiere que se vaya”, a lo que le respondí “El Dr. no tiene derecho, ¿hizo la denuncia?, si la hizo quiero que tome la mía por abandono de persona, máxime que se trata de un electrocardiograma, que significa  riesgo cardiaco”. El oficial se retiró pero quedó un agente conmigo y otro en la puerta, lo que no entendí,  porque si querían que me retirara y a su vez me impedían la salida.  Al rato apareció otra vez el galeno, con la misma perorata -parecía un disco rayado- con el rostro desmudado por la impotencia de no poder regalarse su caprichito de niño bien. En ese ínterin  obtuve algunas fotos y llamé a un profesional notarial para que labrara el acta respectiva para constancia de que se me impedía beneficiarme de una atención médica, este profesional me expresó que en cuanto resolviera un problema con la cerradura de su estudio concurriría al lugar, así que seguí esperando.

Luego, los agentes estaban todos afuera, en la vereda, apareció otro Oficial distinto al anterior, me saludó dándoseme la mano y me expreso “señor hablé con la fiscal, quien me dijo que el Dr. tiene razón porque él  es el dueño y tiene derecho de admisión” le   dije; “un médico no tiene derecho de admisión porque tiene hecho un juramento hipocrático por el cual se ha obligado a atender, sin abandonar, a todos los pacientes que se lo requieran” , pero si tienen un poco de paciencia en breve vienen de una escribanía, levantamos el  acta de esta situación y nos vamos todos en paz”    En ese momento el oficial asintió, se dirigió a la calle y se fue retirando todo el personal . Momentos después me llama a su consultorio el Dr. Allende y me expresa “que no quiere tener líos con Martín” le digo pero vos tenés tu consultorio, me imagino que pagas por él y no tiene derecho a interponerse con tus pacientes”  Me dijo;  si, pero haceme el favor ándate a las 18:30hs a la Biomédica y te hago el estudio haya. Siempre, por supuesto, con actitud contemporizadora de mi parte, le dije “con tal de terminar en paz acepto” pero no me vas a hacer la amansadora, no, no me contestó. Me retiré, desde mi auto, llamé a la escribanía dejando sin efecto todo y pidiendo las disculpas del caso y a las 18:30hs estuve en la Biomédica; el galeno aún no había llegado -entregué mi orden, que en algún momento me había sido devuelta, no así el dinero que aboné como coseguro- cuando llegó el médico, dio unas vueltas y hizo pasar a un paciente, deja al paciente en el consultorio y se me arrima por la espalda y me dice “si tenés que hacer algo anda porque acá vas a demorar por lo menos dos horas” y se retiraba hacia el consultorio, a lo que le dije “no es lo acordado” y  me cerró la puerta en la cara. Fui a mesa de entradas le dije a la chica que si no me atendía enseguida me devolviera las ordenes, eso hizo y me retiré.-

Resumiendo, dos médicos de Federal, quieren amedrentarme para que no cuente sus cuitas.  Recordemos cuando el Dr. Allende se opuso y logró que en el Hospital atendiera otro cardiólogo -Exabruptos,  agresiones a las trompadas,  negociados- los que hacían con el Hospital- y otras. Con toda razón corroborada ahora, manifestamos y opinamos que el Dr. Martín Ava, no debía ser aceptado nunca más en funciones de atención en el sistema de salud oficial y lo reiteramos ahora con un nuevo agravante. En el que dice,  que es edificio de su propiedad y que puede hacer lo que quiera, funciona la atención de los pacientes de PAMI. Consideremos por un momento que un paciente concurre para atenderse con los médicos de esa obra social y que “el niño bien” del Dr. Marín Ava, no le guste la cara y lo expulse de allí y peor aún si obtiene el favor de las fuerzas del orden, que como vimos no preguntan razón y quieren cumplir las órdenes  que le impartieron -no se sabe quién, porque no están escritas, ni hay documentación al respecto  para hacerlo retirar al paciente del PAMI.

En el caso particular que he relatado el Dr. Martin Ava no tiene ningún derecho de admisión, el cual es inaplicable e inconstitucional ante los Derechos del Paciente, protegidos por ley (Ley 26.529). Un médico no puede negarse a prestar atención médica a un particular y menos discriminarlo por razones ideológicas. En resumen, lo acontecido ha configurado un grave atropello a la libertad de expresión, y de incumplimiento de sus deberes como médico.

Párrafo aparte merece la actividad judicial, que pasado un tiempo prudencial, no tenemos noticias de los destinos de todas las causas que se abrieron, cuando el Hospital Urquiza cambió de Director  porque de allí devienen esta circunstancias. La inacción judicial también perjudica a la libertad de prensa.

No es la primera vez que a este Medio Periodístico quieren callarlo, pero le decimos a la gente, a nuestro pueblo que siempre nos acompaña, que somos consecuentes con nuestra conducta de toda la vida, somos limitados pero dentro y con nuestras falencias tratamos de informar la verdad y expresamos nuestra opinión, siempre en defensa del pueblo. Somos su VOZ y queremos seguir siéndolo.-

EL DIRECTOR 

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