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REGIONALES

9 de septiembre de 2016

Macri fue padrino de una nena de La Paz y se abre la polémica

El caso despierta una polémica que en Entre Ríos se puso de relieve hace unos años. ¿Puede ser padrino un divorciado? Qué dice el Código de Derecho Canónico y que opinó el papa Francisco.

Mauricio Macri fue padrino de bautismo de Manuela, la séptima hija mujer de la familia Maldonado, de la ciudad de La Paz. 

En la celebración estuvo el edecán presidencial, teniente coronel Sebastián Ibáñez, oriundo de esa ciudad norteña. Fue en representación del jefe de Estado. 

En una emotiva ceremonia el edecán destacó la importancia de ser ahijada presidencial, “lo cual será para toda su vida porque no sólo es del presidente Macri sino de todos los que lo sucederán”, ilustraron las crónicas locales.

El padrino –según adelantó su representante- se ocupará de costear todos sus estudios primarios, secundarios y universitarios y estará para todo requerimiento que sea necesario.

La madrina de la niña fue la directora de Cultura de la Municipalidad, Alejandra Miranda.

En la República Argentina la Ley 20.843 garantiza el padrinazgo del Presidente de la Nación en funciones al momento del nacimiento del séptimo hijo varón o la séptima hija mujer.

Esta ley tiene sus raíces en la gran inmigración rusa en la Argentina y en la creencia de que el séptimo hijo varón es hombre lobo y la séptima hija mujer bruja. Así en la Rusia zarista de Catalina la grande se otorgaba el padrinazgo imperial que daba una protección mágica contra estos males y evitaba que los niños fueran abandonados. En 1.907 Enrique Brost y Apolonia Holmann una pareja que se había radicado en Rusia, dan a luz a José Brost, su séptimo hijo varón y envían una carta al Presidente José Figueroa Alcorta para que lo apadrinara. Allí comienza la tradición que además le otorga al ahijado una beca asistencial para contribuir con su educación y alimentación. El 28 de septiembre de 1.974 María Estela Martínez de Perón convierte esta tradición en ley.

Rechazo. La semana pasada se conoció una noticia sobre otro padrinazgo del presidente. El Arzobispado de Mendoza rechazó el bautismo de un bebé de San Rafael, séptimo hijo de una familia, por la situación personal del jefe del Estado. Macri está divorciado de su primera esposa y casado por civil con Juliana Awada. 

“Lo que se hace cuando una persona no es de la fe católica o vive de una manera distinta a la que se espera, en lugar de ser padrino es testigo de bautismo”, explicó el vocero del Arzobispado de Mendoza, Marcelo de Benedectis. 

Continuó con los fundamentos de la decisión que no permitió que se cumpla la tradición consagrada por ley. “El padrino debe acompañar el camino de la fe”, pero “una persona divorciada no puede ser padrino”, determinó. 

Ante el impedimento, Natalia Alcalle, la mamá del pequeño Tiziano, nacido el pasado 5 de abril, decidió finalmente bautizarlo durante una ceremonia religiosa en una iglesia bautista conocida como “Vida y Paz”.

En 2012 la polémica se puso de relieve en Entre Ríos. El cura Mario Ventura, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, de General Ramírez, se plantó de modo resuelto y dijo que haría cumplir todo aquello que dictamina el Código de Derecho Canónico, el ordenamiento legal que regula la vida de la Iglesia.

Lo cierto es que el sacerdote no permitió que ningún divorciado participe como padrino en las ceremonias de bautismo en su iglesia. No es lo que sucede en toda la Iglesia entrerriana. Hay casos en que personas, casadas en segundas nupcias, fueron padrinos.

Negativa del papa

El papa Francisco afirmó en agosto de 2015 que las personas que han establecido una nueva convivencia tras su ruptura matrimonial “no son excomulgadas y no deben ser tratadas como tales”, sino que “forman parte de la Iglesia”.

En su discurso, el Papa no fue tan lejos. Pero dijo que los hijos de estas parejas sufren porque impedirles una plena participación en la Iglesia hace más difícil que sus padres los críen como católicos.

No obstante, en una entrevista con el diario La Nación, publicada el 7 de diciembre de 2014, tras e sínodo sobre la familia, amplió esta idea: “n el caso de los divorciados y vueltos a casar, nos planteamos: ¿qué hacemos con ellos, qué puerta se les puede abrir? Y fue una inquietud pastoral: ¿entonces le van a dar la comunión? No es una solución si les van a dar la comunión. Eso sólo no es la solución: la solución es la integración. No están excomulgados, es verdad. Pero no pueden ser padrinos de bautismo, no pueden leer la lectura en la misa, no pueden dar la comunión, no pueden enseñar catequesis, no pueden como siete cosas, tengo la lista ahí. ¡Pará! ¡Si yo cuento esto parecerían excomulgados de facto! Entonces, abrir las puertas un poco más” señaló.

Para destacar

El texto al que aludió el cura Ventura está contenido en el canon 873 del Código de Derecho Canónico, que dice esto: “Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una. Para que alguien sea admitido como padrino, es necesario que:
1) haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, por el párroco o ministro; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla;

2) haya cumplido dieciséis años, a no ser que el obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción;

3) sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir;

4) no esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada;

5) no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar”.
Nada dice de los divorciados.

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