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SALUD

28 de julio de 2016

Las hepatitis virales afectan a 400 millones de personas

Este 28 de julio se conmemora el Día Mundial de la Hepatitis.

La primera estrategia mundial contra estas enfermedades propone reducir un 90% los nuevos casos y un 65% la mortalidad en 2030.

Hoy afectan a 400 millones de personas y causan 4000 muertes diarias. La meta es evitar más de 7 millones de muertes en los próximos 15 años.

El 28 de julio, Día Mundial de la Hepatitis, se lanza NOhep, movimiento internacional para apoyar la campaña por la eliminación de esta enfermedad

Pese a que existen fármacos efectivos para tratarla, 4.000 personas mueren cada día en el mundo por hepatitis. Son 1,4 millones de muertes al año, más que por el VIH y la malaria. Pese a eso, se trata de una enfermedad prácticamente oculta: sólo el 5% de quien sufre alguna forma de hepatitis crónica lo sabe y menos del 1% recibe tratamiento efectivo: en la mayoría de los países, los altos precios de los nuevos fármacos son la barrera mayor para el acceso a las terapias. 

El consumo excesivo de alcohol, las toxinas, algunos medicamentos y ciertas afecciones pueden causar hepatitis. Sin embargo, la mayoría de las veces la causa un virus. Se han identificado 5, designados con las letras A, B, C, D y E. 

En todo el mundo, unos 240 millones de personas sufren hepatitis B crónica y entre 130 y 150 millones padecen infección crónica por hepatitis C. Si la situación persiste, la infección por hepatitis B podría causar 20 millones de muertes más hasta 2030. En cuanto a la hepatitis C, se incrementa el número de infectados, a pesar de que existe una cura efectiva para la enfermedad. 

Con la aprobación de la resolución sobre la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, por primera vez se pone en la agenda mundial de prioridades sanitarias el objetivo de que las hepatitis virales dejen de ser una enfermedad oculta. A fines de mayo de este año, la 69° Asamblea Mundial de la Salud anunció el objetivo de eliminar, a más tardar en 2030, la importante amenaza para la salud pública que suponen las hepatitis virales. La iniciativa se denomina Primera Estrategia Global de Sector Salud (Global Health Sector Strategies/GHSS). 

El 28 de julio, Día Internacional de Lucha contra la Hepatitis, la Alianza Mundial Contra la Hepatitis (WHA por su sigla en inglés), lanzará NOhep, el primer movimiento internacional con el objetivo de impulsar el apoyo a la campaña de eliminación de la hepatitis viral para el 2030. 

La meta está puesta en reducir la incidencia de infecciones crónicas por el virus de la hepatitis, que en la actualidad oscila entre 6 y 10 millones de casos,a 900.000 en 2030. Al mismo tiempo, la estrategia se propone disminuir la mortalidad anual de 1,4 millones actuales a menos de 500.000 para ese año, es decir, una reducción del 65% por ciento. De cumplirse estas metas, más el acceso de al menos el 80% de los afectados a tratamientos efectivos, se podránsalvar7,1 millones de vidas en el mundo para 2030. 

La estrategia abarca los primeros seis años del programa de acción sanitaria -el período 2016-2021y ofrece atención especial a las hepatitis B y C debido a la carga que representan para la salud pública. 

Entre las metas intermedias que se proponen para 2020, figura cubrir al 90% de los lactantes con las tres dosis necesarias de vacuna contra la hepatitis B (la primera dosis inmediatamente después del nacimiento), elevar del 5 al 50% el acceso a diagnósticos de hepatitis B y C y duplicar el número de personas que reciban tratamientos efectivos.

Prevención e intervención

Los trabajadores de la salud, los usuarios de drogas inyectables, los viajeros a zonas de mayor riesgo (África subsahariana, Asia oriental), las poblaciones que viven en hacinamiento (como ser los prisioneros), quienes reciben transfusiones sanguíneas, aquellos expuestos a procedimientos médicos invasivos inseguros y quienes se realicen tatuajes o piercings, están en mayor riesgo de infección con los virus de las hepatitis B y C. 

De hecho, el 33% de las nuevas infecciones por hepatitis B que ocurren cada año (aproximadamente 21,7 millones) están causadas por inyecciones inseguras, en tanto 8 mil millones de inyecciones por año se dan en forma innecesaria, ya que en más del 70% de los casos la medicación podría ser administrada en forma oral.

En el caso de las hepatitis C, las inyecciones inseguras causan dos millones de nuevos casos por año, que representan el 42% de la incidencia de esta enfermedad. Actualmente, hasta el 40% de las inyecciones en el mundo se aplican reutilizando la misma jeringa, y el porcentaje se eleva al 70% en países en vías de desarrollo.

La estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala 5 áreas básicas de intervención que pueden mejorar y ampliar la respuesta frente a las hepatitis virales: 

1) Las vacunas: existen inmunizaciones para prevenir el virus de las hepatitis A y B y también una vacuna contra la E, que comienza a utilizarse con eficacia en distintos países del mundo. 

2) Prevención de la transmisión vertical de la hepatitis B con la administración de una dosis neonatal de la vacuna al recién nacido. Contraída durante el primer año de la vida, hay más del 90% de probabilidades de que la infección por hepatitis B se vuelva crónica. Recientemente, además, una investigación mostró que la terapia antiviral con tenofovir durante la semana 30 a 32 del embarazo puede reducir hasta 3 veces (del 18 al 5%) la transmisión vertical del virus de la hepatitis B al neonato, en combinación con inmunoglobulina y la vacunación del recién nacido. 

3) Seguridad en las inyecciones, las transfusiones de sangre y los procedimientos quirúrgicos.

4) Reducción de daños para los consumidores de drogas inyectables a través de la provisión de jeringas estériles y tratamientos contra la fármacodependencia.

5) Acceso a tratamientos orales, eficaces y seguros contra la hepatitis C, que pueden lograr la curación en más del 90% de los casos. También hay tratamientos eficaces contra el virus de la hepatitis B, que suelen ser de por vida.

En Argentina, el calendario nacional incluye la vacunación contra la hepatitis A (una única dosis a los 12 meses de vida) y contra la hepatitis B (una dosis al recién nacido dentro de las 12 horas de vida y luego como parte de la vacuna pentavalente a los 2-4 y 6 meses. También se incorporó al calendario para todos los adultos). En tanto la vacunación contra hepatitis B tiene recomendación de Vacunación Universal para todos los habitantes del país.

Datos sobre una epidemia silenciosa

En Argentina, el total de casos de hepatitis notificados en 2015 fue de cerca de 1.400 y los casos de hepatitis acumulados hasta la semana epidemiológica 21 de 2016, son más de 700. 

En 2013, las hepatitis virales fueron la séptima causa de mortalidad global. 
Las hepatitis B y C causan el 80% de las muertes por cáncer de hígado.

En todo el mundo, 400 millones de personas viven con alguna forma crónica de hepatitis. Unos 240 millones con el virus B y entre 130 y 150 millones con hepatitis C. 

Las hepatitis virales son también una creciente causa de mortalidad entre las personas que viven con VIH. Cerca de 2,9 millones están co-infectados además con hepatitis C y 2,6 millones con hepatitis B. 

Además de las complicaciones médicas a mediano y largo plazo, las infecciones por hepatitis causan estigma y discriminación: 1 de cada 3 personas infectadas no comunica su situación ni a familiares ni a conocidos. 
Cada año, 150 millones de hogares experimentan desastres financieros y 100 millones se empobrecen a causa de los gastos para tratar alguna forma de hepatitis viral.

De la A a la E

La hepatitis puede remitir espontáneamente o evolucionar hacia fibrosis (cicatrización), cirrosis o cáncer de hígado.La infección aguda puede acompañarse de manifestaciones como ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), orina oscura, fatiga intensa, náuseas, vómitos y dolor abdominal. A veces no produce síntomas. 

El virus de la hepatitis A (VHA) está presente en las heces de las personas infectadas y casi siempre se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. En muchos casos la infección es leve, la mayoría se recupera por completo y adquiere inmunidad contra infecciones futuras. Sin embargo, las infecciones por el VHA también pueden ser graves y potencialmente mortales. La mayoría de los habitantes de zonas con saneamiento deficiente se han infectado con este virus. Hay vacunas seguras y eficaces para la prevención de la hepatitis A.

El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite por la exposición a sangre, semen y otros líquidos corporales. También, de la madre infectada al bebé en el parto. Otra posibilidad es la transmisión por transfusiones de sangre y productos sanguíneos contaminados, inyecciones con instrumentos contaminados durante intervenciones médicas y el consumo de drogas inyectables. El VHB también plantea un riesgo para el personal sanitario por pinchazos accidentales. Existe una vacuna segura y eficaz para prevenirla.

El virus de la hepatitis C (VHC) se transmite casi siempre por exposición a sangre contaminada (transfusiones, inyecciones con instrumentos contaminados). La transmisión sexual también es posible, pero mucho menos común. No hay aún vacunas disponibles.

Las infecciones por el virus de la hepatitis D (VHD) solo ocurren en las personas infectadas con el VHB; la infección simultánea puede causar una afección más grave. Hay vacunas contra la hepatitis B que brindan protección contra la infección por el VHD.

El virus de la hepatitis E (VHE), como el VHA, se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados. Es una causa común de brotes epidémicos. Hay vacunas seguras y eficaces para prevenirla, pero no tienen aún una distribución amplia.

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