SOCIEDAD
16 de octubre de 2014
Diseñan un film que instalado en los ojos libera un medicamento para frenar la ceguera por glaucoma
El desarrollo innova en la forma de administrar Acetazolamida (AZM), un fármaco utilizado en el tratamiento de esta patología ocular crónica, que en Argentina tiene gran incidencia en mayores de 61 años.
Científicos del departamento Farmacia de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) diseñaron un film super delgado que se adhiere al ojo y libera gradualmente un fármaco para frenar el avance de la ceguera producida por el glaucoma. Según informó la Agencia universitaria de comunicación de la ciencia, el arte y la tecnología (Uniciencia), cientifícos de la UNC diseñaron un film súper delgado, similar a un lente de contacto, que se adhiere al ojo sin irritar ni obstaculizar la visión, y que libera gradualmente un fármaco para frenar el avance de la ceguera producida por el glaucoma. El film fue creado y recientemente patentado por un equipo de científicos del Departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC. Según el informe de Uniciencia, el desarrollo innova en la forma de administrar Acetazolamida (AZM), un fármaco utilizado en el tratamiento de esta patología ocular crónica, que en Argentina tiene gran incidencia en mayores de 61 años. A nivel mundial, se estima que esa enfermedad afectará a 80 millones de personas para 2020. Actualmente la única forma de administrar ese fármaco es por vía oral, ya que se trata de un compuesto poco soluble como para aplicarlo en gotas tradicionales. Para asegurar su efecto, hoy se utilizan dosis elevadas, lo que genera efectos adversos como diuresis o enfermedades en la sangre (discrasias severas). El film ocular creado por los científicos de la UNC, en cambio, es una lámina de polímeros biocompatibles que se coloca en el saco conjuntival del ojo, donde se adhiere y queda anclado. Así se evita que los "mecanismos de barrido", como el parpadeo y las lágrimas, lo muevan o expulsen mientras libera gradualmente el compuesto activo. Según explica Santiago Palma, miembro del equipo e investigador independiente del Conicet, este
sistema "asegura la llegada de la droga al interior del ojo en forma eficiente, evitando los efectos adversos de su ingesta". Palma destacó que el dispositivo puede permanecer mucho tiempo en el ojo sin generar irritación o molestias. "Esto es fundamental, porque la eficacia terapéutica reside en mantener la presión ocular baja, condición que solo se logra con la acción del fármaco". Las láminas oculares fueron creadas con polímeros utilizados en la industria farmacéutica para producir comprimidos, inyectables o cosméticos.