Esta sucesión de días con temperaturas tan elevadas es un fenómeno meteorológico "extraordinario", precisó el SMN, y provocó que muchas ciudades de la región central y del norte patagónico hayan entrado en una "ola de calor", término para el que se deben superar los umbrales establecidos para cada distrito y mantenerse por arriba de los mismos durante al menos tres días consecutivos.

Las ansiadas lluvias

Con mayor disponibilidad de humedad y bajo un entorno sofocante, es probable comiencen a registrarse las primeras tormentas hacia el sábado a la tarde o noche sobre Buenos Aires y el sur del Litoral.

De domingo a lunes se generalizarán las lluvias y tormentas sobre el norte de la Patagonia, provincias centrales y parte del Litoral, con el ingreso de un marcado frente frío que traerá el tan ansiado descenso térmico.

Las temperaturas máximas previstas a partir del domingo serán "más bajas, inferiores a los 30 y las mínimas a los 20 en la región central y el norte patagónico", precisó la meteoróloga Cindy Fernández.

"Esta vez, las precipitaciones sí estarán asociadas a un cambio de masa de aire, es decir que vamos a experimentar un alivio en cuanto al descenso de las temperaturas y la semana que viene comenzará una serie de jornadas más frescas, con marcas térmicas que incluso pueden estar por debajo del promedio para esta época del año", apuntó.

"La próxima semana será la antítesis respecto a la actual, con temperaturas acotadas y lluvias frecuentes y necesarias en gran parte de la Argentina. Según señaló el especialista Christian Garavaglia, "el avance de un frente frío sobre la porción central y norte del país dejará máximas inferiores a los 30 grados en el centro del país".