DEPORTES
16 de marzo de 2015
Racing Club cumple 112 años
El sucesor del gran Alumni, el 17 de marzo de 1903 -otros dan la fecha del 25 de marzo- se fundó hace 112 años el Racing Club de Avellaneda, uno de los clubes más populares de la Argentina dedicados al fútbol, el más ganador en el amateurismo y el primer campeón mundial de nuestro país.
El 12 de mayo de 1901, un grupo de estudiantes del Colegio Nacional Central fundaron el Foot Ball Club Barracas al Sur (nombre que por entonces designaba a Avellaneda). El club sufrió un cisma a menos de un año de existencia por la elección de los colores de la camiseta. El presidente de la institución tenía la idea de hacerla a rayas negras y amarillas, mientras que otro grupo de socios deseaban que ésta fuese roja.
En 1902 se fundó Colorados Unidos, formados por un grupo mayoritario de socios del “Barracas al Sur”. Esta división no duró mucho, pues el 17 de marzo de 1903, en una reunión de ambos clubes, se decidió que lo mejor para el fin común era unificar ambas instituciones y, en ese momento, se fundó el Racing FootBall Club.
Germán Vidaillac, uno de los socios fundadores, mostró frente a sus compañeros una revista francesa de deportes donde, sobre un cuadro de fútbol se podía leer el nombre “Racing Club” institución gala que contaba ya con gran trascendencia y cuya sección de “football” se había consagrado campeón en 1902. La moción fue aprobada clamorosamente. El club francés cuenta desde su inicio hasta hoy con los colores “ciel et blanc”, pero con franjas horizontales. El Racing Club de Avellaneda no adoptó los colores albicelestes sino hasta el año 1910, en bastones verticales, no solo por el club francés sino también porque eran los colores de la bandera argentina.
Entre 1913 y 1919, el Racing Club ganó siete campeonatos amateurs consecutivos, proeza sin par en la historia del fútbol, y contó con un equipo formado por los mejores representantes del fútbol argentino de esa época.
Los campeonatos de 1914, 1915 y 1918 fueron ganados de forma invicta y el de 1919 fue con puntaje ideal, ganando los 13 partidos disputados. Es desde entonces que Racing recibió el orgulloso calificativo que aún lo acompaña “Academia” del fútbol nacional y otro que ha sido ya olvidado pero que no era, en aquellos años, menos trascendente: “sucesor del gran Alumni” (primer gran equipo del fútbol argentino, hace mucho desaparecido).
Le siguieron los campeonatos amateur de 1921 y 1925, este último, también en forma invicta. Durante esos años brilló el mejor jugador de la época: Pedro Ochoa, ídolo de Racing Club y de la selección nacional. Apodado “El Rey de la Gambeta”, junto a Natalio Perinetti fueron suceso nacional. Carlos Gardel, hincha de la Academia, le dedicó las estrofas del tango “Patadura”.
De Natalio Perinetti, una leyenda de Racing, se dice que cuando un compañero hizo una jugada antideportiva, él, que era el capitán del equipo, lo obligó a abandonar el campo. Se trata de una aplicación de una caballerosidad deportiva hoy tan olvidada que una conducta de este tipo parece inverosímil. Otro jugador memorable de aquella época de gesta fue el “centrehalf” Paternoster.
En 1948, cuando el equipo marchaba primero holgado, una huelga de jugadores lo obligó a disputar las últimas fechas con elementos juveniles, lo que le provocó la pérdida del primer puesto a manos de Independiente, su eterno rival.
El año 1949 se consagró campeón. El equipo, con algunas variantes, repite los campeonatos de 1950 y 1951, siendo de esta manera el primer equipo tricampeón del futbol profesional argentino. Pasan algunos años y en 1958 obtiene el título de manera brillante.
Se destaca en un equipo de excelentes jugadores la figura de Orestes Omar Corbatta, considerado por muchos cronistas como el mejor puntero derecho del fútbol argentino de todos los tiempos, que murió en la miseria y alcohólico, alojado bajo las tribunas del estadio, una de cuyas calles laterales se llama “Corbatta”. Junto con Corbatta aparecieron una pléyade de jugadores notables, de gran técnica, como Angelillo y Humberto Maschio.
Racing fue otra vez campeón en 1961 y luego en 1966, donde se mantuvo invicto durante 39 partidos, marcando un record que duró décadas sin ser superado. Lo marcó el famoso “Equipo de José”, llamado así por su técnico Juan José Pizzuti, quien armó un equipo con jugadores de inferiores, con algunos postergados en otros clubes y con el genial Humberto Maschio, quien, ya veterano, se reintegraba al fútbol argentino proveniente de Italia. Ese equipo perdió un solo partido ante River por 2-0, fue considerado revolucionario para su época por el sistema de ataque masivo que imponía, de mucho vértigo y que, por lo demás lo llevó a ganar la copa Libertadores de América de 1967 y la Copa Intercontinental del mismo año, frente al campeón europeo, el Celtic FC de Escocia (0-1, en Hampden Park, Escocia; 2-1, en Avellaneda, Argentina; 1-0, en Montevideo, Uruguay).
Luego Racing vivió la peor etapa de su historia. El desmanejo dirigencial se tradujo en compras de jugadores a precios carísimos y ventas de extraordinarios jugadores a valores irrisorios o dejados libres. En el paso casi ruinoso de decenas de directores técnicos. En la pérdida total de su prestigio futbolístico . En la pérdida masiva de socios y las instalaciones del club abandonadas o en ruinoso estado. En las zozobras económicas permanentes a lo largo de muchos años que lo llevaron a la quiebra y posterior gerenciamiento. En convertirse en sede de patotas violentas y dirigentes de muy pocos escrúpulos, etc.
En el año 1985, sin embargo, gracias a la gestión del Presidente Enrique Taddeo, y con Alfio Basile como director técnico, Racing consigue, después de muchos sacrificios, volver a primera división. Forma un gran equipo que gana ruedas de los campeonatos pero que nunca llega primero al final de los mismos.
Sin embargo, en 1988 Racing obtiene, también con Alfio Basile como técnico, después de 21 años, un título. La Supercopa, en su primera edición, en la que participaban los Campeones de America, frente al poderoso Cruzeiro, de Brasil.
Después, más gestiones desastrosas, la citada quiebra y el gerenciamiento a cargo de la empresa Blanquiceleste S.A, un verdadero salvavidas de plomo que cayó sobre la Academia y que el retirarse por orden judicial dejó un campo minado de deudas y problemas judiciales.
En el año 2001, después de 34 años de espera, Racing fue campeón, de la mano de Reinaldo Merlo, ídolo riverplatense y, desde ese momento, de la Academia, que tiene hoy un monumento en el estadio. Fue el renombrado campeonato del “paso a paso”, o también del “partido tras partido” en que la hinchada de Racing llenó la cancha del club y la de Vélez al mismo tiempo.