SOCIEDAD
31 de enero de 2015
Advierten que embarazadas, obesos, adultos mayores y celíacos deben chequear la vitamina D al menos una vez al año
La vitamina D o "vitamina del sol", que regula el paso del calcio a los huesos, debe controlarse sobre todo en embarazadas, personas de piel oscura, con enfermedades autoinmunes, con problemas de obesidad o que hayan sufrido fracturas de caderas, adultos mayores y celíacos, advirtieron desde el Instituto de diagnóstico e investigaciones metabólicas (IDIM).
"Si el organismo no cuenta con la cantidad necesaria de vitamina D, que también se llama 'vitamina del sol' porque el cuerpo la sintetiza después de la exposición a la luz solar, no puede aumentar la absorción de calcio y se produce una pérdida ósea que termina en osteoporosis, entre otras enfermedades", dijo a Télam María Belén Zanchetta, miembro del Comité Ejecutivo del IDIM.
La especialista en endocrinología y osteología precisó que "diez minutos de luz solar de verano de tres a cuatro veces por semana pueden ser suficientes para ayudar al cuerpo a sintetizar la vitamina D que necesita".
"Las cantidades necesarias pueden variar según el peso, las características genéticas, el color de piel, si se tiene o no alguna afección crónica e incluso según el lugar donde se vive", detalló.
La vitamina D se encuentra en pescados oleosos como el atún y el salmón y las sardinas -debiendo ingerirse promedio cuatro porciones por semana- y en los lácteos fortificados.
"No es nada fácil obtenerla con los alimentos según nuestra dieta típica, y los lácteos generalmente no alcanzan para brindar los requerimientos diarios adecuados", enfatizó Zanchetta.
Y agregó: "Por eso la única fuente suficiente la aporta el sol bronceándonos en el verano o exponiéndonos de a poco durante todo el año, entre 15 y 20 minutos al menos tres veces por semana, dejando expuesta una superficie correcta como brazos y espalda o piernas y muslos".
"En invierno también se produce la activación de vitamina D, pero se necesita mayor tiempo de exposición y siempre depende de la latitud. Por ejemplo, en latitudes altas como nuestra Patagonia, la incidencia de los rayos no llega a activar la vitamina en invierno", completó.
Las personas que deben controlar sus niveles de vitamina D al menos una vez al año son "las embarazadas, aquellos con enfermedades autoinmunes, fractura de cadera, piel oscura o problemas de obesidad, los adultos mayores y los celíacos".
"Hay estudios que demostraron que la suplementación de embarazadas con 4000 UI/día de vitamina D es segura y efectiva, bajando el riesgo de infecciones, parto pre término, preeclampsia, cesárea y diabetes gestacional", explicó la especialista y precisó que se recomienda "sólo cuando la mujer vive en lugares fríos, no se expone al sol o usa pantalla solar, es vegetariana o pertenece a minorías étnicas".
En el caso de personas con enfermedades autoinmunes, "se cree que la vitamina D juega un rol importante, previniéndolas y disminuyendo el riesgo de infecciones, por lo que se recomienda la suplementación en personas con mayor riesgo de infección".
"En personas añosas o que hayan sufrido fracturas de caderas, la suplementación con 800 UI/día disminuye el riesgo de caídas; además los adultos mayores deben exponerse a la luz solar, ya que su piel no produce vitamina D como en la juventud y sus riñones tienen menor capacidad de transformarla a su forma activa", apuntó.
Los celíacos también deben controlarse anualmente, ya que la enfermedad trae como consecuencia "una alteración en la absorción de nutrientes en el intestino, entre ellos el calcio y la vitamina D, necesarios para la mineralización del hueso".
"Las personas de piel oscura tienen menor capacidad de producir vitamina D a través del sol, y en el caso de personas con problemas de obesidad sabemos que la grasa de su cuerpo se adhiere a cierta cantidad de esa vitamina y le impide llegar a la sangre", precisó.
La especialista aclaró por último que los protectores solares no permiten la activación de la vitamina, ya que no dejan que la piel reciba los rayos ultravioletas.
"Si no hay contraindicación médica para la exposición solar, la alternativa es exponerse en horarios permitidos (hasta las 11 y luego de las 16), de manera frecuente, mínimo tres veces por semana", subrayó.
La deficiencia de vitamina D puede resultar del consumo de una dieta no equilibrada, una inadecuada exposición solar, desórdenes que limiten su absorción o condiciones que limiten su conversión en metabolitos activos, tales como alteraciones en hígado o riñón, o algunos desórdenes hereditarios.
Actualmente se conoce que directa o indirectamente la vitamina D controla más de 200 genes, incluyendo aquellos responsables de la proliferación celular, diferenciación, apoptosis, angiogénesis y modulación del sistema inmune.