Las principales subas del mes estuvieron centradas en equipamiento y mantenimiento del hogar, y alimentos y bebidas, de acuerdo con el relevamiento. 

En el caso de alimentos, la suba alcanzó 1,5 %, algo menos que en los meses anteriores, en parte debido a la evolución de los productos estacionales (especialmente las frutas). 

De hecho, el IPC Core (que mide el índice de precios al consumidor, sin tener en cuenta a los productos y servicios cuyos valores dependen de la época del año), sigue sin evidenciar una desaceleración significativa: en junio mostró una suba de 1,8 %, en línea con el promedio de los primeros cinco meses del año.

Uno de los principales focos de preocupación es que el IPC Core -que además permite conocer la tendencia de los precios a mediano plazo- permanezca en torno de esos niveles, lo que implica que la inflación estructural todavía no abandona el rango de 20 a 25 % anual de los últimos 10 años, advierte el informe.

"Por ello, agrega, preocupa que sobre esta base elevada en julio se concentren muchos aumentos puntuales, como naftas, expensas, prepagas, cigarrillos y personal doméstico”.

De acuerdo con el informe, esas subas “seguramente empujarán el índice en su tendencia alcista considerando, a su vez, un traspaso a los precios de la reciente suba del dólar”.