En un mercado donde sobran vehículos que el público no demanda y faltan los que busca la gente, los últimos meses mostraron un descontrol inédito para el sector. Entrar en una concesionaria y salir con un precio cierto era la excepción. Ahora, con devaluación ya realizada e impuestos internos definidos, las distintas marcas definirán en los próximos días cuánto valdrá cada modelo y, si bien algunas rebajas habrá, no serán de la magnitud que podría esperarse.

Las posiciones están divididas. Un importante empresario que comercializa autos de una marca premium sentenció su pronóstico en la materia: "Los autos no van a bajar de precio, al menos no en el corto plazo". De otro lado, están quienes opinan que va a haber una corrección hacia abajo de los valores, en línea con lo que auguró el ministro Francisco Cabrera, de una reducción del 10% al 20%, aunque con el impacto de la devaluación, medidos en pesos, los compradores no sentirán en sus bolsillos una verdadera mejora.

El argumento del escéptico empresario que no auguraba demasiados cambios se basa en un problema de oferta. "De los autos al que este cambio impositivo le podría implicar una baja de precios, hay muy poco stock. Por lo tanto, hasta que no se abastezca correctamente el mercado los precios se manejarán por oferta y demanda. Eso tardará al menos 6 meses. Además, si hay disponibilidad de dólares para importar todo lo que el mercado pide la rebaja se produciría pero mientras no haya unidades en cantidad, es impensado", explicó el empresario.

Del otro lado, señalan que habrá un traslado a los precios pero que debe ser gradual porque la intervención del Estado en los últimos años provocó que se alteraran las escalas. Esto quiere decir que si los precios de los autos más caros bajan, con los valores de los vehículos de los segmentos más bajos que dispararon en los últimos meses no habría relación lógica entre un auto de un segmento superior y otro inferior. Los más chicos tendrían que bajar y eso es algo impensado. De hecho, la semana pasada varias marcas aumentaron los precios de los 0 km hasta 15% tras la devaluación, aunque después debieron dar marcha atrás a pedido del Gobierno. Pero en enero no podrán evitar que se incrementen los valores.