Hay momentos que deberían tener un lugar simbólico en el baúl de los recuerdos para siempre. Todo proceso a lo largo del tiempo tienen un final; y Federal decidió cambiar, ponerle punto final o quizás desde otro punto de vista será el inicial; y permutar la línea temporal de un día, de un momento que quedará congelado para siempre.

La democracia tiene estas cuestiones, cuando aparecen personas con sueños transformadores, con objetivos que tienden a pasar la barrera de lo paranormal para ser materializados; lo que para algunos era imposible, un grupo incansable de personas a cada paso que dieron transformaron la realidad para guiar una sociedad.

Y así llegó este grupo que llegaron de veredas opuestas, de un lado Nancy Miranda, quien se apoyó en mil personas en el Club Ferro para darle un espaldarazo a su candidatura que no era la de unos pocos; ella demostraba otro camino. Desde allí, para sortear la primera etapa tuvo que enfrentarse a rivales de turno del mismo movimiento, a quien superó con amplia ventaja y terminó consolidándose en inmejorable situación. Salía por primera vez al la luz la “topadora”.

Y llegó el aire fresco, la simpatía, el no polémico, el que decidió marchar por senderos distintos a la política habitual; rindió examen sin un aparato que lo alimente en las paso, pero lleno de ilusiones que terminó haciéndolas realidad.  La historia contaría que se enfrentó con lista corta, pero que golpeó y así terminó siendo la alternativa fuerte de la oposición en Federal.

El tiempo sería testigo de caminos cruzados; ambos se mirarían de reojo, aunque con la obligación de trabajar en conjunto; la cosa no prendería en principio, pero algo germinaba debajo de una tierra con mucha fuerza, y allí la pasión concretó en un Frente que tenía como lucha la victoria con un plan estratégicamente que cumplir.

La película debería tener un final feliz, y allí en un momento como congelado, un abrazo emotivo al encontrarse ni bien finalizó la votación, los números eran irreversibles para el actual oficialismo; y ya en el bunker céntrico y con la multitud que participaba con algarabía, ambos candidatos electos se fundieron en un abrazo, de esos eternos donde una secuencia como de película mostraba las mil batallas que sucedieron antes del desenlace, que representará algo, seguramente será en un tiempo cuando el Peronismo redacte de que se tratará estas nuevas líneas en un libro que estuvo escondido por años, que Gerardo Chapino y Nancy Miranda rescataron del polvo del olvido para volver a posar la lapicera sobre él. Federal es peronista otra vez, a reescribir la historia… (La Voz impresa)