"Corea del Norte mejor que no haga más amenazas a Estados Unidos. Enfrentarán fuego e ira como el mundo nunca ha visto”, declaró Trump desde su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, donde se encuentra de vacaciones. 

A instancias de Washington, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso nuevas medidas contra Pyongyang, que podrían costarle a Corea del Norte 1.000 millones de dólares anuales y afectarían el comercio con China, su principal aliado y socio económico. 

El régimen de Kim Jong-Un respondió que el endurecimiento de las sanciones no impedirá que desarrolle su arsenal nuclear, amenazando a Estados Unidos con “hacerle pagar mil veces el precio de su crimen”.  

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, descartó un rápido retorno al diálogo con Corea del Norte, estimando que las nuevas sanciones demuestran que el mundo perdió la paciencia con las ambiciones nucleares de Pyongyang. 

El régimen asiático ha probado varios dispositivos atómicos y ha lanzado con éxito dos misiles balísticos intercontinentales, capaces de alcanzar Estados Unidos.