Cambió la mano

Durante los 60 minutos de juego de la gran final, La Diosa tuvo las más claras y el arquero Pérez había sido la gran figura. Pero en la tanda de penales, Velázquez no quiso ser menos y tapó dos penales y un tercero que se fue desviado. El uno protagonista clave en el título de La Diosa.

Estaban inspirados. De un lado, Pedro Pérez atajó todo durante el desarrollo del encuentro. El uno de Ferro le sacó dos grandes pelotas (una en el PT y otra en el ST) a Arriola que estuvo enchufadísimo en el ataque del matador.

Del otro lado, sobrio y sin grandes sobresaltos, Lázaro Velázquez, no tuvo grandes intervenciones en el juego, pero tenía preparado lo mejor para el final.

En el mano a mano, dentro del cajón del área, Velázquez intimidó sus rivales y arrojándose sobre su mano derecha, le atajó el primero a Valiente. En el segundo mostró que el primero no fue azar, y otra vez con su guante prodigioso le sacó el disparo a Juan Cardoso, quien había elegido otra vez ese palo del portero.

Sobre el último ejecutor, no tuvo nada que hacer, Nogueira le cambió de palo, pero no acertó al rectángulo de caños y el guardameta se llevó el premio mayor, cuando La Diosa había dejado de ser el gran equipo que mostró en sus inicios del torneo. Justo a tiempo, cambió la mano…