27 de marzo de 2024

"No hubo ninguna guerra", afirmó el exjuez de la Corte. Raúl Zaffaroni desmoronó la teoría de los dos demonios y echó por tierra el negacionismo

l exjuez de la Corte Suprema explicó que, aún en la propia lógica del Gobierno, que intenta justificar los crímenes aberrantes de la dictadura, señalando que hubo una “guerra con excesos”, los militares son serios criminales y deben ser juzgados.

El exjuez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni analizó por AM750 los dichos negacionistas del Gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel y echó por tierra los argumentos que justifican el accionar de los militares al señalar que se trató de una guerra y avalar la llamada “teoría de los dos demonios”.

La habitual columna del reconocido jurista comenzó señalando, en primer lugar, que “los dos demonios no es una teoría”, ya que una teoría siempre es “una cosa seria”. En este caso, señaló, se trata de una “hipótesis” endeble que debe ser verificada.

 

De cualquier manera, dijo, es necesario “insistir en su falsedad”. “Porque si bien es endeble, es capaz de generar confusiones. Incluso en personas de buena fe. Sobre todo cuando los hechos se van alejando en el tiempo”, justificó.

 

En este punto, aseguró que la hipótesis se basa en un dato cierto: “Toda la construcción falsa de la realidad, incluso un delirio, necesita al menos un dato cierto. El dato cierto es que había violencia política. Había grupos que cometían delitos. Eso está claro”.

Pero, en este punto, explicó que la manera de trabajar contra estos crímenes es a través, siempre, de la justicia: “Antes del golpe luchábamos contra la violencia desde la justicia de ese tiempo. Hacíamos lo que se debía hacer, se los procesaba, se los condenaba. Eso es lo que estábamos haciendo”.

Y añadió a tono personal: “Lo hacíamos hostigados por la Triple A. Y hubo colegas que sufrieron bombas en sus domicilios. Nos hostigaban. Cuando llegó el golpe de marzo, la dictadura se hizo cargo de ese proyecto de muerte y recicló algunos elementos de la Triple A”.

 

En este punto, echó por tierra las aberrantes justificaciones del Gobierno: “Es más que obvio que a los delincuentes se los debe procesar y condenar. Pero si en lugar de eso se decide matar, secuestrar, torturar, robar, tomar familias como rehenes, arrojar personas vivas al mar, violar a las mujeres, robar a los bebés, es más que obvio que eso no es justicia”.

“Es un crimen. Un crimen de genocidio o, en el mejor de los casos, contra la humanidad. Frente a esta observación, los defensores de la hipótesis de los dos demonios dicen que no fue una cuestión penal, sino de una guerra”, añadió.

Pero, rápidamente, salió a aclarar: “No hubo ninguna guerra. Pero, si lo admitimos, a efectos meramente argumentales, tampoco en una guerra está permitido hacer cualquier cosa”.

“En toda guerra hay muertos. Muertos a balazos, por bombas. Combatientes que caen en la lucha. Pero en toda guerra se toman prisioneros, y se los debe tratar conforme a ciertas guerras internacionales. A los prisioneros no se los puede matar, torturar. Esto está prohibido”, dijo.

Por eso, finalizó: “Y quien lo hace, es un criminal de guerra. Aquí se desmorona la hipótesis de que todo lo justifica esa supuesta guerra. Los autores del plan sistemático de exterminio son criminales contra la humanidad o son criminales de guerra. Pero, en cualquier caso, son criminales”. 


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