La urna con las cenizas de Fidel Castro, a la vista en un vehículo sin techo, protegida por una caja de cristal, inició un largo viaje hacia el oriente cubano, donde el líder nació, combatió y será sepultado.

La urna fue llevada desde el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, a unos pasos de la Plaza de la Revolución, por soldados, en una ceremonia militar de honor.

La caravana que acompañará a Castro en su último viaje recorrerá todas las localidades del país por las que pasó cuando vino desde Santiago de Cuba hacia La Habana, tras librar una guerra victoriosa contra el régimen de Fulgencio Batista.

Será un viaje de tres días, en una caravana que terminará el domingo, cuando los restos del comandante serán sepultados en el cementerio de Santa Ifigenia, el más antiguo del país.

Envuelta en un bandera de Cuba y de madera de cedro, la urna con las cenizas salió del edificio a manos de dos soldados quienes, con una breve ceremonia militar, la colocaron en el remolque decorado con flores blancas.

Fue un acto solemne al que asistió el presidente Raúl Castro, miembros de la alta dirección del Gobierno y del Partido Comunista, y donde también se pudo ver a la esposa del fallecido líder cubano, Dalia del Soto y algunos de sus hijos, Alex y Tony.

La llamada Caravana de la Libertad recorrerá varias calles de La Habana, donde el pueblo capitalino dará el último adiós a Fidel.