El ex Comisario de Los Charrúas, señaló que los agentes amotinados anticipaban que si llegaba Héctor Massuh “lo iban a ca… a palos” y recordó haber escuchado versiones sobre la presencia de Gendarmería para frenar el conflicto.

Esteban Silva Müller, ex Comisario de Los Charrúas brindó detalles de su colaboración durante la noche del domingo 8 y la madrugada del lunes 9 de diciembre de 2013. En un testimonio cargado de precisiones narró frente al tribunal que acudió desde la zona de campaña hacia Concordia para colaborar con las alertas de saqueos y posteriormente presenció el inicio de las negociaciones por aumento salarial en la Jefatura. Dijo que había predisposición por parte del personal amotinado en escuchar al Subjefe de Provincia Juan Ramón Rosatelli, pero no así con su superior, el Comisario Mayor Héctor Massuh. 

Silva Müller dijo que se encontraba de turno ese domingo 8 y escuchó por la radio de uno de los patrulleros que la Jefatura de Policía había sido tomada “y que invitaban a los móviles a plegarse a la protesta”. Añadiendo que se percibía por las modulaciones “que decían barbaridades” y que no había una autoridad que controlara esa situación. 

El oficial narró que también tuvo conocimiento de un agente que había sido golpeado en el Paseo de Compras Las Palmeras, por lo que dispuso llegar hasta el lugar. Una vez allí percibió una zona “desolada y donde no había nadie”. Fue así que continuaron trayecto por calle Diamante. “Ahí vemos un colectivo prendido fuego y se veía a mucha gente que gritaba y tiraba piedras”, dijo Silva Müller, por lo que inició una serie de disparos al aire con la escopeta buscando disuadir a los saqueadores que rodeaban el supermercado de origen oriental. “Al rato veíamos que pasaban carros llenos de gente y por eso pedí respuesta, pero nadie me contestaba”. 

En ese contexto, mientras el patrullero de Los Charrúas se encontraba en la zona de Diamante y Boulevard San Lorenzo, Silva Müller dijo haber recibido un llamado telefónico de parte del Comisario General de la Provincia, Luis Albarracín. “Me preguntó cuál era la situación y le expliqué que pidan refuerzos y que necesitábamos cartuchos” dijo el uniformado, ampliando que en ese momento detalló “que habían empezado intentos de saqueos” en algunas zonas de la capital del citrus. 

Los cruces telefónicos eran incesantes alrededor de las 22hs. de ese domingo, entre los que también estuvo la llamada del Subjefe de Policía de Provincia, Juan Ramón Rosatelli, quien según Silva Müller le preguntaba cuál era el panorama en Concordia y le solicitaba que llegara hasta la Jefatura para mediar ante los manifestantes y consultar si sería recibido por los agentes que habían tomado el edificio. 

Una vez en el edificio de calle Pellegrini, el oficial relató haber tenido un diálogo con Carlos Rosas quien estaba sentado frente a una computadora. “Le expliqué que Rosatelli quería venir y Rosas habló con algunos y decidieron que podía venir”, aseveró. Luego también dijo que tuvo un diálogo con el cabo Leandro Coutinho, “y me vuelven a decir que (Rosatelli) venga tranquilo”. 

Tras la llegada del Subjefe de Provincia contó que mantuvo un diálogo en el patio con los agentes amotinados y que escuchó como éstos exigían la presencia en el lugar del gobernador. “(Luis) Gómez y (Carlos) Zaragoza hablaban con Rosatelli” dijo y puntualizó que el imputado Lacuadra “hizo callar a (Carlos) Catena”, Director de Inteligencia Criminal de la Provincia. 

El relato de Silva Müller añadió que al rato recibió instrucciones de ir a buscar a la esquina de Entre Ríos y 3 de febrero al ministro de Gobierno Adán Bahl, para acompañarlo hasta la Jefatura. Narró que alrededor de las 2 de la mañana del lunes, en el salón de conferencias del primer piso, hubo una reunión con la presencia de Rosatelli, Bahl y el grupo que había tomado el lugar. 

“Le pedían cuestiones salariales. Exigían $10.000 en el básico. Le gritaban obscenidades al ministro y Juan Manuel Rosas lo hacía callar para que hablara otro compañero”, graficó el oficial. Así mismo subrayó que escuchaba vociferaciones “de que no querían que apareciera (Héctor) Massuh –Jefe de la Policía entrerriana-, y de que lo iban a cagar a palos”. 

Con una negociación estancada entre las partes fue que Bahl procedió a retirarse de la reunión y a los minutos hizo lo mismo Rosatelli. Fue allí donde Silva Müller recordó haber escuchado versiones y la preocupación dentro de la Jefatura de que un escuadrón de Gendarmería ingresara al lugar, dando por terminada la toma. 

Patrulleros 

El final del relato del uniformado se basó en una discusión que dijo que tuvo con el sargento Alfredo Imaz, quien prestaba funciones en la Comisaría Segunda. Dijo que fue una discusión de varios minutos en el frente de la Jefatura cuando pedía poder poner en marcha el móvil de la Comisaría de Los Charrúas y permitir que sus subordinados se fueran. "Imaz negó que el patrullero pueda irse. No quería que los móviles se fueran decía", recordó Silva Müller. 

Minutos más tarde, el testigo Juan Martín Petzer, quien presta tareas en Los Charrúas, negó los dichos de su comisario, indicando que no observó dificultades a la hora de correr los móviles apostados sobre calle Pellegrini. Así fue que ratificó no recordar la discusión entre Imaz y Silva Müller, a pesar de que meses atrás había relatado lo contrario ante el fiscal Guerrero, quien no dudó en remarcarle esa contradicción y de anticipar que pediría que sea imputado por falso testimonio. (Diario Río Uruguay)