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INTERNACIONALES

22 de enero de 2015

Cuba y Estados Unidos afinan la agenda para la reapertura de embajadas

En la última jornada de su primera reunión de alto nivel en 35 años, realizada en La Habana, Cuba y EEUU negociaban la agenda para normalizar de relaciones y la reapertura de embajadas, aunque persistían diferencias en algunos asuntos.

Estados Unidos y Cuba negociaban este jueves en La Habana, en la última jornada de su primera reunión de alto nivel en 35 años, la agenda para la normalización de relaciones y la reapertura de embajadas, aunque persistían sus diferencias sobre diversos asuntos.
La subsecretaria de Estado norteamericana para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, y la directora de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, encabezaban estas conversaciones a puertas cerradas sobre el cronograma del acercamiento tras medio siglo, que sepultará el último resabio de la Guerra Fría en América.
La funcionaria estadounidense, quien vestía de color rojo, y Vidal, de blanco, se sentaron frente a frente en la mesa de
negociaciones rodeadas de asesores, en un salón del Palacio de Convenciones de La Habana, cinco semanas después de la histórica reconciliación anunciada por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, saludada por el mundo entero.
Jacobson, el funcionario estadounidense de mayor rango que visita la isla comunista desde 1980, y Vidal cerrarán una
histórica reunión de dos días, que partió con discusiones migratorias, en las que quedaron en evidencia una vez más las
diferencias entre ambos vecinos, cuyas costas distan apenas a 170 kilómetros.

"El mayor avance sería que para entre finales de mes y mediados de febrero estén las banderas cubana y norteamericana izadas en las respectivas embajadas de los dos países", dijo a la AFP el
analista Arturo López-Levy, del Centro de Estudios Globales de la Universidad de Nueva York.

"Aunque La Habana y Washington difieren en el objetivo que buscan a largo plazo, están hoy en la misma cama, no importa si con diferentes sueños", agregó.

Puntos por negociar

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, aclaró en la víspera que los dos países tienen mucho que negociar todavía antes de normalizar sus relaciones, rotas en 1961.

"Cuando sea el momento y sea apropiado, tendré mucho interés en viajar a Cuba para abrir formalmente una embajada y avanzar" en nuestros vínculos, dijo Kerry en Washington. Según Kerry, algunos puntos a negociar son el levantamiento de las restricciones a los diplomáticos estadounidenses para viajar por la isla, "permitir envíos sin obstáculos a nuestro equipo en orden de poder funcionar de forma correcta", así como permitir libre acceso a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana (SINA), lo que Washington también garantizaría a la
representación cubana en Estados Unidos.
"No sé si estas cosas van a ser resueltas en una (sola) reunión", dijo un funcionario estadounidense a la AFP. Medio centenar de diplomáticos tiene la SINA, situada en el emblemático Malecón de La Habana, que ha sido escenario de
provocaciones por décadas, orquestadas desde ambos lados de sus rejas. Fidel Castro, quien autorizó la creación de las secciones de intereses con el presidente Jimmy Carter en 1977, acusaba a la SINA de "ser el Estado Mayor de la contrarrevolución" en la isla. La SINA comenzó en 2006 a publicar mensajes políticos a los cubanos en un panel electrónico instalado en su azotea (el edificio tiene seis pisos), a lo que Cuba reaccionó instalando 138
mástiles con banderas negras para ocultar los mensajes. Esta práctica terminó tras la llegada de Obama al poder en 2009.

El tema de los derechos humanos es también "una de las cosas de las que queremos hablar, (pues) eso es muy importante para nosotros", dijo un funcionario estadounidense a la AFP. A la parte cubana le interesa el levantamiento del embargo económico estadounidense vigente desde 1962 y que la isla sea retirada de la lista norteamericana de naciones que patrocinan el terrorismo, pero también quiere cambios en las normas migratorias estadounidenses, pues afirma que estimulan la emigración ilegal desde Cuba.

A La Habana también le preocupa "la situación que enfrenta la Sección de Intereses de Cuba en Washington y, en particular, su oficina consular, que como resultado del bloqueo está próxima a cumplir un año sin servicios bancarios", destacó la Cancillería cubana. Hay otros temas pendientes, aunque no había señales de que serían tratados ahora, como la base estadounidense de Guantánamo (oriente de Cuba) y las propiedades norteamericanas nacionalizadas
en los años 60 por Fidel Castro, ahora de 88 años, quien ha sido el gran ausente en este histórico acercamiento.

Gestos de ambas partes

Washington cuadruplicó la semana pasada el monto de dinero que los cubano-estadounidenses pueden enviar a sus familias en la isla y flexibilizó los viajes a Cuba, lo que favorece a la alicaída
economía cubana. Por su parte, Cuba liberó este mes a 53 presos políticos en un gesto a Washington, aunque el 30 de diciembre desató una ola represiva para impedir una manifestación en La Habana. Jacobson se reunirá el viernes con disidentes cubanos, que no han ocultado su desazón por el cambio de política de Estados Unidos, que por décadas fue su principal aliado y benefactor. La discusión migratoria del miércoles, encabezada por Josefina Vidal y el adjunto de Jacobson, Alex Lee, fue calificada como "productiva" y "constructiva" por ambas partes, aunque quedaron en
evidencia sus diferencias. Vidal criticó que Washington mantenga la Ley de Ajuste Cubano de 1966 y la política de pies secos/pies mojados, a las que acusa de fomentar la emigración ilegal desde la isla. Lee manifestó que ambas reglamentaciones seguirán vigentes.

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