En el curso de una ceremonia seguida por una gran fiesta  en la plaza central de la ciudad, el alcalde Luigi De Magistris entregó la distinción al astro argentino, venerado como un santo por sus hazañas en ese club.
   
La municipalidad ha decidido concederle la ciudadanía  honoraria por “los sentimientos de amistad, estima, gratitud,  admiración y amor que nos unen”, dijo el alcalde.
   
Criticado por algunos sectores, De Magistris explicó que  Maradona fue capaz de unir a los napolitanos, en “pos de un  sueño, que se hizo realidad”, dijo, al referirse a los dos  únicos títulos de campeón de Italia, en 1987 y 1990, que ha  obtenido la capital del sur en su historia.

“La ciudadanía de Nápoles me la gané en la cancha”, aseguró  por su parte Diego Maradona, de 56 años, durante una rueda de prensa celebrada la víspera.

“Será un día que nunca olvidaré”, adelantó. Entre los ciudadanos honorarios de Nápoles figuran también Abdullah Ocalan, líder del Partido de los Trabajadores del  Kurdistán (PKK), detenido desde 1999 en Turquía por su batalla a favor de los kurdos y la actriz Sophia Loren.